Bruselas (EuroEFE).- La Unión Europea (UE) ha reforzado su acción institucional para intentar ganar peso en política exterior a través de las aportaciones del Consejo y la Comisión eruropeos a la labor diplomática del alto representante, el español Josep Borrell, como intenta hacer valer en las crisis de Libia y Oriente Medio.
“En comparación con la situación de hace cinco, diez años, la política exterior está cada vez más en manos de los jefes de Estado y de Gobierno (…). Es importante que Europa sea parte del debate no solo como Estados miembros, sino también como UE”, dijo este lunes un alto cargo del Consejo Europeo.
La diplomacia de la UE la dirigen las capitales pero, desde que entró en vigor el Tratado de Lisboa, hace diez años, quedó personificada en una nueva figura, la del alto representante, con vocación de ser el interlocutor al que los socios internacionales tuvieran que dirigirse para comunicarse con la Unión Europea.
Total coordinación entre Comisión y Consejo
En cambio, la realidad del actual panorama internacional ha hecho necesario que la UE “utilice más las herramientas a su alcance para ganar importancia en el exterior”, según fuentes comunitarias, lo que ha motivado que haya “dos números de teléfono” nuevos que marcar para hablar con la Unión: el de los presidentes del Consejo y la Comisión europeos, Charles Michel y Ursula von der Leyen, respectivamente.
“Están totalmente coordinados, trabajan en estrecha cooperación, y cuando se habla a uno se está hablando al otro”, precisaron las fuentes.
Así, Von der Leyen, tras estrenarse en la Cumbre del Clima de Madrid al día siguiente de tomar posesión en el cargo, el pasado 1 de diciembre, dedicó su primer desplazamiento fuera de la Unión a visitar Etiopía y a la cúpula de la Unión Africana, como declaración de la importancia que la UE dará a ese continente en los próximos cinco años.
Mientras, Michel ha visitado en los últimos días a los presidentes de Egipto, Abdelfatah al Sisi, y de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y ha hablado por teléfono con el de Irán, Hasan Rohaní, para abordar las dos crisis más acuciantes del momento: el conflicto libio y el enfrentamiento entre Washington y Teherán que está pasando factura a Irak.
La legitimidad de Michel para representar a la UE en política exterior viene dada por los tratados y las propias conclusiones de los líderes en el Consejo Europeo, que demandan más énfasis en los asuntos internacionales, aseguraron las fuentes: “Es su responsabilidad explicar a otros actores la posición de la UE”, recalcaron.
Aprovechando el nuevo liderazgo en las instituciones comunitarias y ante el peso en el tablero internacional de Estados Unidos pero también de una China “más asertiva”, ha llegado el “momento de tener más coherencia, cooperar más” y que los líderes europeos estén “más implicados a nivel externo”, puntualizaron.
Todo ello, aseguraron, en “muy estrecha cooperación” con el alto representante y vicepresidente de la Comisión y con el departamento que dirige Borrell, el Servicio Europeo de Acción Exterior.
“Hay una red para canalizar las comunicaciones y la utilizamos”, dijeron las fuentes, que explicaron que la labor de Borrell con los ministros de Exteriores de los países socios es también “parte de las herramientas que tenemos”.
Defensa de valores e intereses económicos
La diplomacia europea, aseguraron, busca no solo defender los valores de la libertad, democracia o derechos humanos en el mundo sino también defender los intereses de los Estados miembros en materia económica.
Frente a las críticas que suele recibir la efectividad de la política exterior de la UE, el alto funcionario comunitario aseguró que “habrá fracasos, pero también éxitos”, y defendió que para dotar de “músculo” a la acción de la Unión es “la práctica lo que cuenta”.
“Si no hay drama en Oriente Medio es porque la UE se ha atenido al acuerdo nuclear iraní” o porque ha participado en una red de contactos que incluyen tanto a EEUU como a Irán, indicó el alto cargo del Consejo, a la vez que recalcó que no se va “a pasar en poco tiempo del cordero al león brutal”.
“El papel de la UE se centra en la estabilidad, los derechos humanos (…). No iremos como otros van, enviando armas, violando embargos o enviando mercenarios”, comentó.
La nueva cúpula comunitaria se ha propuesto dejar de “observar lo que otros deciden por nosotros” y pasar a “tener más influencia, por nuestro interés y también por el del mundo, dar más estabilidad, ser más competitivos”, concluyeron las fuentes. EFE