BEND, Oregón, EE.UU. (AP) — A comienzos de la década de 1990, Bend tenía unos 25.000 habitantes que se inclinaban mayormente por los republicanos. Un aserradero funcionaba en la ribera del río Deschutes en el desierto de Oregón.
Hoy hay un negocio de artículos para actividades recreativas al aire libre en el sitio que ocupaba el aserradero. La población se ha cuadruplicado. Y por primera vez en mucho tiempo, la cantidad de demócratas registrados en el condado de Deschutes es más grande que la de republicanos.
La transformación refleja cómo los cambios demográficos y el giro de los republicanos hacia la derecha está restando adeptos a ese partido en la costa oeste.
El último candidato presidencial republicano que ganó en California fue George H.W. Bush padre. En Oregón y en el estado de Washington fue Ronald Reagan. Ahora los republicanos procuran conservar bancas en la Cámara de Representantes, en legislaturas estatales y en concejos municipales de toda la costa del Pacífico.
California, Washington y Oregón realizarán sus primarias presidenciales el 3 y el 10 de marzo y el 19 de mayo. Ahí se sabrá qué candidato prefieren. Pero una cosa es segura: En noviembre es muy probable que ninguno de estos estados votará por Donald Trump y que los republicanos tampoco recuperen parte del terreno perdido en contiendas recientes.
Los distritos políticos se han pasado de bando en los centros más poblados, desde San Diego en el sur hasta Seattle en el norte.
“No hay salida”, comentó Chris Vance, expresidente del Partido Republicano de Washington y exlegislador, en una entrevista telefónica.
En San Diego, en la frontera con México, los nueve concejos municipales que hay tienen registrados más demócratas que republicanos, incluido uno que hasta hace poco era un bastión republicano.
En 1980, el condado de Orange, cerca de Los Ángeles, era un 80% blanco y un baluarte republicano. Hoy es mayormente hispano y asiático, y abundan el malestar con las políticas republicanas hacia la inmigración. En el 2018 los votantes propinaron un inesperado revés a una representante republicana que llevaba dos períodos en el Congreso.
Los republicanos de California perdieron siete bancas en total en la cámara baja ese año.
Los demócratas tienen asimismo la gobernación, las dos bancas en el Senado y un control casi total de la legislatura estatal.
En Seattle, decenas de miles de empleados de empresas tecnológicas se instalaron en la ciudad y sus suburbios, contratados por Amazon, Microsoft, Google y Facebook. La llegada de gente con altos niveles educativos en la última década alimentó un boom poblacional que transformó numerosas comunidades, haciéndolas más diversas y pudientes. También las alejó de los republicanos y las acercó a los demócratas.
El resultado: Los republicanos perdieron todas las bancas legislativas que tenían en los suburbios del este de Seattle.
Vance lo atribuye a que muchas personas blancas con títulos universitarios, sobre todo mujeres, le dieron la espalda al partido tras la llegada de Trump con sus valores fundamentalistas. El propio Vance se fue del partido en el 2017 tras postularse sin éxito al Senado nacional como republicano.
“Este era el partido de los capitalistas sabelotodos, ensimismados, a los que les importaba el crecimiento económico. Ahora son un partido de populistas: Alt-right, no queremos inmigrantes, camión y rifle”, dijo Vance. “Eso funciona en Mississippi, Arkansas y esos sitios, pero no en Seattle”.
El gobernador de Washington Jay Inslee, que busca un tercer mandato, no enfrenta rivales de peso entre los republicanos. Los dos senadores del estado son demócratas, lo mismo que siete de los 10 representantes. Los demócratas esperan ampliar su mayoría en la legislatura estatal, donde tienen ventaja de 28-21 en el Senado y de 57-41 en la cámara baja.
Los demócratas de Oregón tienen la gobernación, las dos bancas en el senado y cuatro de cinco escaños en la Cámara de Representantes. Además gozan de una supermayoría en la legislatura estatal, que esperan ampliar.
Una de las bancas que tienen en la mira es la de Bend, actualmente en manos de la republicana Cheri Helt. Tratará de arrebatársela el fiscal adjunto del condado de Deschutes Jason Kropf.
Tras la desaparición de los aserraderos, Bend pasó a ser una meca de los aficionados a las salidas a acampar y a la cerveza. Esta ciudad de unos 100.000 habitantes tiene muchas vistas panorámicas hermosas junto al río y de la Cordillera de las Casacadas, además de una de las concentraciones de fábricas de cerveza más alta del país.
“Bend está lleno de jóvenes atléticos que toman cerveza”, dijo James Foster, profesor emérito de ciencias políticas de la Universidad Estatal de Oregón-Cascades en Bend.
Agregó que los cambios demográficos han hecho que Bend, y el condado de Deschutes en general, sean “mucho más moderados” que en el pasado.
En el 2018, llegaron al condado 4.100 personas más de las que se fueron, dos tercios de ellas provenientes de 11 condados californianos --10 de ellos predominantemente demócratas-- y de bastiones liberales de Seattle y Portland, de acuerdo con el Departamento de Empleos de Oregón.
Muchos republicanos están tan frustrados con la creciente hegemonía demócrata que quieren que algunos condados de Oregón pasen a ser parte de Idaho, un estado mucho más conservador. AP