La presión internacional ha aumentado sobre Netanyahu para que controle a sus fuerzas. Tanto el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, como el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas pidieron un alto el fuego inmediato para pueda llegar ayuda a los 1,8 millones de palestinos de Gaza.
Los esfuerzos liderados por el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, de la semana pasada no lograron resultados y el estallido de violencia parecía terminar con las esperanzas internacionales de transformar un breve período de calma por el festival musulmán de Eid al-Fitr en una larga tregua.
Los líderes palestinos en Cisjordania, que también dijeron hablar por Hamas y la Jihad Islámica en la Franja de Gaza, expresaron su apoyo a un cese al fuego de 24 a 72 horas.
Pero el portavoz de Hamas, Sami Abu Zuhri, dijo a Reuters que el comunicado del funcionario Yasser Abed Rabbo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) no reflejaba la posición del grupo. "Hamas no aprobó nada de lo que Abed Rabbo dijo", agregó Abu Zuhri.
Netanyahu dijo el lunes que el Ejército no detendrá su ofensiva hasta que destruya una red de túneles de Hamas, que Israel dice que sirven como refugios del grupo, de reservas de armas y de ruta para infiltrarse a través de la frontera para atacar a israelíes.
El Ejército israelí dijo que 70 objetivos fueron impactados en Gaza durante la noche, incluyendo dos alijos de armas que afirmó estaban escondidos en mezquitas, y un lanzador de cohetes cerca de otra mezquita. Los vecinos dijeron que 20 casas fueron destruidas y dos mezquitas recibieron impactos.
Más de 1.000 habitantes de Gaza, en su mayoría civiles, han muerto en el conflicto. Del lado israelí, 53 soldados y tres civiles perdieron la vida.