El Secretario General de la ONU condenó en los términos más enérgicos el atentado contra una mezquita ocurrido este viernes en la provincia iraquí de Diyala, que al parecer ha provocado la muerte de decenas de personas. En un comunicado difundido por su portavoz se resalta que ataques a lugares de culto son totalmente inaceptables y están prohibidos de acuerdo al Derecho internacional.
Ban Ki-moon pidió a las autoridades iraquíes que garanticen que ese ataque es investigado de forma adecuada y que sus autores rinden cuentas. También envió sus condolencias a las familias de las victimas.
El Titular de la ONU expresó profunda preocupación por el efecto que actos de violencia sectaria como ese tendrán en la ya de por sí grave situación de seguridad en ese país y en el proceso político orientado a establecer un gobierno unificado capaz de enfrentar la amenaza que representa el grupo Estado Islámico.
Ban urgió a los líderes políticos a unirse y llamó a sus partidarios a evitar el sectarismo y a dar una oportunidad al proceso político.
“Los ataques sectarios y los contraataques sólo sirven a los enemigos de Iraq”, recalca el comunicado.
Medios de prensa informaron este viernes del asalto a una mezquita en una localidad de la provincia de Diyala, en el este del páis, por parte de hombres armados y un terrorista suicida, según datos preliminares.