EDIMBURGO (Reuters) - Escocia rechazó la independencia en un referendo histórico, que amenazaba con dividir al Reino Unido y sembrar confusión en los mercados financieros.
La votación a favor de la unión de 307 años es un alivio para millones de británicos, entre ellos el primer ministro David Cameron, cuyo puesto estaba en juego, y para sus aliados en todo el mundo, que estaban inquietos ante la perspectiva de una división del Reino Unido.
Los unionistas se impusieron con un 55 por ciento de los votos, mientras que los separatistas obtuvieron el 45 por ciento de los 3,6 millones de sufragios escrutados. La consulta marcó un récord de asistencia electoral del 85 por ciento.
Pero los líderes británicos dijeron que la unión debe cambiar para ser duradera.
Los vencedores celebraron con aplausos, besos y bebiendo vino en una fiesta en Glasgow, la ciudad más importante de Escocia donde se impuso la opción separatista, mientras que el líder nacionalista Alex Salmond reconoció su derrota frente a la imagen de una enorme bandera escocesa blanca y azul en Edimburgo, ciudad que respaldó seguir en el Reino Unido.
Cameron dijo que el tema de la independencia escocesa quedó zanjado por una generación.
"No puede haber disputas ni nuevas votaciones, hemos escuchado el deseo de los escoceses", dijo el primer ministro fuera de su residencia oficial londinense, en Downing Street.
La Reina Isabel II, quien está en su castillo escocés en Balmoral, se referiría a la situación más tarde el viernes.
La campaña por la independencia movilizó al territorio de 5,3 millones de habitantes, pero también dividió a amigos y familias desde las remotas islas escocesas del Atlántico hasta los barrios de clase obrera de Glasgow.
Al conocerse el resultado del referendo, la libra esterlina se apreció fuertemente contra al dólar y el euro. Las acciones y los bonos británicos también subieron, mientras que las empresas con alta exposición a Escocia celebraron el resultado.
Salmond concedió la derrota, pero advirtió a los políticos británicos en Londres que deben respetar la promesa de mayores poderes para Escocia.
"Escocia decidió por mayoría, en esta etapa, no convertirse en un país independiente. Acepto el veredicto de la gente y hago un llamamiento a toda Escocia a seguir su ejemplo al aceptar el veredicto democrático del pueblo de Escocia", dijo Salmond.
"Escocia esperará que estos (compromisos) sean honrados de manera rápida", agregó antes de alejarse del escenario.
¿REINO FEDERAL?
Las encuestas que mostraron un aumento del apoyo a la opción separatista en las últimas dos semanas llevaron a Gran Bretaña a prometer más poderes a Escocia, una medida que enfureció a algunos legisladores británicos en Westminster.
En un esfuerzo por detener el descontento, Cameron se comprometió a forjar un nuevo arreglo constitucional que le garantice a Escocia los poderes prometidos pero que también dé más atribuciones a Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte.
"Al igual que Escocia votará por separado en el Parlamento escocés sobre asuntos de impuestos, gasto y bienestar, Inglaterra también lo hará, y también Gales e Irlanda del Norte deberían poder votar sobre estos asuntos", dijo Cameron.
"Y todo esto debe tener lugar en tándem y al mismo ritmo que el acuerdo para Escocia", añadió.
Analistas sostuvieron que la promesa de Cameron de más poderes para las partes que constituyen el Reino Unido buscaron sedar a "la bestia dormida del nacionalismo inglés".
Los conservadores de Cameron han visto a algunos de sus miembros irse al partido independentista UKIP, un grupo que no quiere que el Reino Unido forme parte de la UE, antes de un referéndum sobre la pertenencia al bloque que Cameron ha prometido para finales de 2017 si gana en las elecciones del próximo año.
"No estoy convencido por lo que he escuchado esta mañana del señor Cameron de que él quiera abordar seriamente ese asunto", dijo el líder del UKIP Nigel Farage.
Cualquier votación británica para abandonar la UE generaría nuevos llamados de los nacionalistas escoceses para una nueva votación sobre la independencia.
"Hemos elegido la unidad sobre la división, y el cambio positivo en lugar de la separación innecesaria", dijo Alistair Darling, responsable de la campaña "Better Together" y un ex ministro de Finanzas británico.
El resultado impide que Salmond, de 59 años, vea realizado su sueño de una Escocia independiente, una meta por la que trabajó durante toda su vida adulta, con una mezcla de cálculos inteligentes y pasión nacionalista.
Los unionistas habían advertido que la independencia dañaría la imagen del Reino Unido en el mundo y que generaría incertidumbre financiera, económica y política.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y los líderes de la UE habían dejado en claro que querían que el Reino Unido no se separara.
En Bruselas, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, elogió el viernes el resultado del referendo y lo definió como un hecho positivo para Europa.
"Saludo la decisión del pueblo escocés de mantener la unidad de Reino Unido", dijo Barroso en un comunicado. "Este resultado es bueno para la Europa unida, abierta y más fuerte que quiere la Comisión Europea", sostuvo.
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, también celebró la noticia de que el Reino Unido mantenga su conformación como hasta ahora.