WASHINGTON (Reuters) - El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, decidió postergar medidas ejecutivas sobre su reforma al sistema de inmigración hasta después de las elecciones legislativas de noviembre, ante la preocupación de que puedan perjudicar a los demócratas y costarles el control del Senado.
La decisión anunciada el sábado representa un giro de 180 grados para el presidente, que prometió en un discurso de alto perfil en junio que anunciaría medidas unilaterales hacia el final del verano boreal si el Congreso no aprobaba la ley de reforma inmigratoria.[ID:nL1N0R624I]
Sin embargo, Obama dijo que los casi 63.000 niños de América Central que cruzaron la frontera a Estados Unidos el año pasado hicieron que los ciudadanos estuviesen más preocupados por las nuevas medidas de inmigración.
"La verdad del asunto es que las políticas cambiaron en medio del verano (boreal) por el problema", dijo Obama en una entrevista a la cadena NBC que se emitirá el domingo.
Obama comentó que planea tomar medidas más adelante este año tras presentar al público sus argumentos, que se espera que eliminen la amenaza de deportación que pesa sobre 11 millones de inmigrantes sin documentos que viven en Estados Unidos.
Un funcionario de la Casa Blanca mencionó las disputas entre los partidos como la principal razón del aplazamiento.
"La realidad que el presidente ha tenido que sopesar es que estamos en la mitad de la temporada de debate político", dijo el funcionario, que pidió reserva de su nombre, en referencia al álgido periodo de la contienda para los comicios de noviembre.
"Y debido a lo mucho que han politizado este tema los republicanos, el presidente cree que sería dañino para la política misma, y para las perspectivas de largo plazo para una reforma migratoria integral anunciar acciones administrativas antes de las elecciones", agregó el funcionario.
Como era de esperarse, el anuncio generó críticas de inmediato de partidarios de la reforma que consideraron el aplazamiento como una traición y acusaron al mandatario de priorizar la campaña política.
"Hoy el presidente y los demócratas del Senado han dejado muy en claro que los inmigrantes indocumentados y los latinos son considerados simplemente como peones políticos", Eddie Carmona, gerente de campaña del grupo por la reforma de la inmigración PICO.
El líder republicano del Senado Mitch McConnell, quien se encuentra en medio de una apretada contienda por las elecciones, dijo que la decisión del mandatario era cínica.
"Él simplemente está diciendo que sorteará la ley una vez que sea demasiado tarde para que los estadounidenses responsabilicen a su partido por ello", declaró McConnell.
SORPRESIVO REVÉS
Obama fue prudente sobre el momento de su anuncio de medidas ejecutivas cuando fue consultado hace una semana durante una conferencia de prensa, y partidarios de la reforma lo consideraron como una mala señal.
"Creo que la percepción general es que recibieron un golpe de sorpresa, porque la agenda sobre el final del verano era perfectamente clara", dijo Angela Kelley, un experto en políticas de inmigración en el Center for American Progress, un grupo cercano a la Casa Blanca.
El grupo activista America's Voice expresó su profunda decepción por el aplazamiento y responsabilizó a Obama y a los demócratas en el Senado.
"Quienes apoyamos la reforma no hicimos la promesa de aprobarla, sino que sólo cometimos el error de creer que pasaría", dijo el director ejecutivo de la organización, Frank Sharry, en un comunicado.
La llegada de casi 63.000 niños de Centroamérica hasta Estados Unidos tras cruzar ilegalmente la frontera en el último año avivó el debate sobre inmigración.
Los republicanos culparon por la situación a la decisión de Obama en el 2012 de conceder estatus legal temporal a algunos inmigrantes indocumentados que fueron llevados por sus padres a Estados Unidos cuando aún eran niños, y han pedido que la medida sea revertida.
Los grupos hispanos, por otra parte, han presionado para que el presidente expanda la medida del 2012 a millones de familiares de estos niños.
Entre las acciones que Obama evalúa están conceder permisos de trabajo y detención temporal de órdenes de deportación a unos 5 millones de indocumentados. El mandatario dijo el viernes que su plan también incluiría más medidas contra la inmigración ilegal y pasos para alentar la llegada de extranjeros por vías legales.