Naciones Unidas, (EFE).- Casi medio centenar de líderes de todo el mundo tomaron la palabra hoy en la Asamblea General de la ONU para defender la necesidad de actuar ante un mundo que se resquebraja por conflictos armados, enfermedades, desigualdad y otros problemas como el cambio climático.
"Podría parecer que el mundo se está viniendo abajo", dijo el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, en la apertura de los debates, donde expuso un sombrío discurso sobre el estado del planeta.
El secretario general destacó que desde la Segunda Guerra Mundial no había un número similar de refugiados, demandantes de asilo y necesidades humanitarias a causa de los conflictos en países como Siria, Irak, Ucrania y varias naciones africanas.
"Desde bombas de racimo a decapitaciones, desde hambrunas provocadas a asaltos de hospitales, refugios de la ONU y convoyes humanitarios. Los derechos humanos y el Estado de derecho están bajo ataque", alertó.
"Ha sido un año terrible para los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas", resumió Ban, que por ello urgió a los líderes a devolver la esperanza al mundo.
Uno tras otro, los jefes de Estado y de Gobierno de grandes potencias y de pequeños países fueron desfilando por el renovado hemiciclo donde se reúne la Asamblea General para ofrecer sus visiones.
Un buen número de ellos centraron sus intervenciones en la amenaza extremista que plantean grupos como el Estado Islámico (EI), incluido el presidente estadounidense, Barack Obama, quien pidió unidad para "desmantelar la red de muerte" del grupo yihadista.
Con las noticias del asesinato del francés Hervé Gourdel a manos de un grupo vinculado al EI recién llegadas, el presidente galo, François Hollande, subrayó que París "nunca cederá al chantaje" de los terroristas.
"Me habría gustado hablar de muchas otras cosas -dijo- pero entiendan que hay en mi país una gran pregunta planteada. ¿Ante esta barbarie, ante este terrorismo, vamos a ser espectadores? ¿O vamos a ser, todos juntos, actores de lo que debe ser un orden internacional justo?", dijo Hollande.
Un buen número de países árabes -entre ellos Egipto, Jordania y Catar- defendieron también la necesidad de actuar ante el extremismo y de impulsar al mismo tiempo una solución política para el conflicto sirio.
También urgieron todos ellos a poner fin al sufrimiento del pueblo palestino, que varios líderes como el rey Abdalá II de Jordania señalaron como el "conflicto central" de Oriente Medio.
Los países sudamericanos insistieron, por su parte, en la necesidad de reformar las estructuras internacionales para responder a los desafíos del mundo actual.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, exigió "una verdadera reforma del Consejo de Seguridad" de la ONU para dar más poder a los países emergentes, al considerar la actual composición de "inaceptable".
El boliviano Evo Morales llamó a transformar las "estructuras excluyentes" de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y a "erradicar el colonialismo financiero".
La presidenta argentina, Cristina Fernández, reclamó la instauración de un nuevo marco legal para las renegociaciones de deuda soberana, y llamó "terroristas económicos" a los "fondos buitres" que acosan a su país.
El rey Felipe VI, en su primera intervención en la Asamblea General, defendió la candidatura de España a ser miembro no permanente del Consejo de Seguridad y presentó al país como renovado y comprometido con los valores de Naciones Unidas.
Los debates en la ONU continuarán el jueves con las intervenciones, entre otros, de Hasán Rohani, el presidente de Irán, país al que Occidente trata de reclutar para combatir al Estado Islámico y con quien las potencias internacionales mantienen actualmente unas vitales negociaciones nucleares.
(EFE)