La creación de la zona desmilitarizada en el este de Ucrania, que debería haber comenzado este domingo, se está retrasando por las reiteradas violaciones del alto el fuego de los leales a Kiev y de los separatistas.
No ha comenzado, por tanto, la retirada del armamento pesado del Ejército ucraniano, uno de los puntos del acuerdo del Memorándum de Minsk, que prevé que esta zona se extienda 30 kilómetros.
El presidente Petro Poroshenko ha reiterado que es necesario abundar en la vía de la negociación para resolver el conflicto: “Subrayo”, ha dicho Poroshenko, “que es imposible ganar una guerra en las ciudades de Lugansk o Donetsk usando sólo medios militares. Cuantos más batallones se desplazan allí, más tropas hay de la Federación Rusa”.
Decenas de personas se han manifestado en Moscú en contra de la violencia y la guerra. Una marcha alentada por la oposición a Putin, que le pide que no mienta y deje de intervenir en el país vecino. Rusia sigue negando esta intervención.
Esta ha sido la primera manifestación pública contra Putin en Rusia desde marzo, cuando se produjo la anexión de Crimea. Desde entonces han muerto en Ucrania 3.000 personas.