HONG KONG (Reuters) - Algunos de los manifestantes en favor de la democracia de Hong Kong, muchos llorando, comenzaron a dejar la zona Mong Kok de la ciudad en la noche del domingo, retirándose del lugar de recientes enfrentamientos con aquellos que apoyan al Gobierno afín a Pekín.
Temiendo que la policía pudiese iniciar una represión dentro de horas, otros manifestantes que habían paralizado partes del centro financiero de Asia sentándose de forma pacífica en grandes cantidades también se retiraron de las afueras de la oficina del jefe ejecutivo de Hong Kong, Leung Chun-ying, mientras la policía retiraba barricadas cercanas.
En medio de señales confusas, circularon reportes en las redes sociales y boca a boca sobre que los líderes de las protestas convocaron a sus partidarios a reunirse en Admiralty, la principal zona que han ocupado durante la última semana, en el centro del distrito administrativo de la ex colonia británica.
Decenas de miles de manifestantes exigen que Leung renuncie y que China les dé el derecho de votar por un nuevo líder de su preferencia en las elecciones del 2017.
La manifestantes a favor de la democracia mezclaban una actitud desafiante con pragmatismo en las repletas calles de Mong Kok, un vecindario polvoriento de clase trabajadora donde surgieron enfrentamientos entre partidarios y opositores del Gobierno el viernes y sábado, y donde la policía usó gas pimienta y bastones en choques esporádicos el domingo.
"Queremos que todos se vayan porque no queremos ver más conflictos sangrientos (...) regresaremos nuevamente si el Gobierno no responde (a los llamados de diálogo directo)", sostuvo Tang Sin-tung, una estudiante de 16 años que dijo representar a algunos de los manifestantes en Mong Kok.
Ella agregó que unos 20 o 30 de los voluntarios en esa zona se irían del lugar y se sumarían a la manifestación en Admiralty, aunque algunos podrían decidir quedarse. Tang acusó que algunas voluntarias femeninas habían sido víctimas de abusos y acoso sexual por algunos de los manifestantes afines al Gobierno.
"Nosotros regresaremos. Lucharemos hasta el final", gritaban algunos de los manifestantes. "Mong Kok, Mong Kok, nunca retroceder", decían los que se quedaban, alentados por unos 200 partidarios.
Muchos residentes han criticado el manejo policial de los recientes disturbios en Mong Kok, un tradicional bastión de las bandas del crimen organizado de Hong Kong, o las Triadas.
La policía ha debido defender sus tácticas y negar las acusaciones de colaboración entre agentes de seguridad y miembros de las pandillas.
"Nos han arrojado gas pimienta. Nos han arrojado gas lacrimógeno. Hemos visto a las Triadas. Ahora no le tenemos miedo a nada", dijo Kit Lee, de 41 años, quien estaba entre quienes decidió permanecer en Mong Kok.