El gobierno ucraniano confirmó hoy que los separatistas prorrusos tienen un amplio control sobre la estratégica ciudad de Debáltsevo, nudo de comunicaciones entre Donetsk y Lugansk en el este de Ucrania.
"Los combates callejeros continúan", informó el Ministerio de Defensa en Kiev. Los insurgentes emplearon artillería y tanques. Las unidades fieles al gobierno intentan frenar a los rebeldes.
Anteriormente, el portavoz de los separatistas Eduard Bassurin había dicho que éstos controlan ya en torno al 80 por ciento de la ciudad. Los combates en la ciudad amenazan con hacer descarrilar los acuerdos de Minsk alcanzados la semana pasada.
"Sólo faltan un par de barrios para tener Debáltsevo totalmente bajo control", dijo el portavoz separatista Eduard Bassurin hoy en Donetsk, añadiendo que los combates dejaron "muchos muertos" y que los rebeldes tomaron a más de 300 soldados enemigos como prisioneros. Según se cree, miles de soldados ucranianos estaban allí rodeados.
"Se puede decir que las bajas mortales (entre los militares ucranianos) son numerosas. Podemos hablar de decenas de personas", explicó otro portavoz de las milicias rebeldes a la agencia rusa Interfax.
Un centenar de soldados se habría rendido
El mando militar rebelde informó esta mañana que más de un centenar de soldados gubernamentales se habían rendido en la ciudad. "De momento no puedo decir nada al respecto. La información se está comprobando", reaccionó el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Andréi Lisenko.
El portavoz de los separatistas también afirmó que "el régimen del alto el fuego no se extiende" a Debáltsevo, donde los combates no han cesado en ningún momento desde la entrada en vigor de la tregua el pasado domingo.
Debáltsevo, "línea roja" en conflicto de Ucrania
Poco después de firmarse el pasado 13 de febrero los acuerdos de Minsk, el presidente ruso, Vladímir Putin, ya advirtió que la principal amenaza al alto el fuego era precisamente la situación en Debáltsevo, situada en la región de Donetsk.
Los separatistas dijeron, en un principio, que tenían rodeados en esa zona a unos 8.000 soldados ucranianos, mientras que las fuerzas de Kiev lo negaban, y aseguraban controlar la carretera, que les permite recibir munición y víveres.
La toma de Debáltsevo permitiría a los rebeldes controlar la frontera administrativa de la región de Donetsk, limítrofe con la también rebelde de Lugansk. Una vez reanudados en enero los combates, los rebeldes marcaron Debáltsevo y, en menor medida, el puerto de Mariúpol, como objetivos cruciales para garantizar la viabilidad de sus autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk como entes autónomos o independientes.
Es por eso que el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, considera Debáltsevo una línea roja que no se puede cruzar y ha ordenado a sus generales que, en ningún caso, cedan las posiciones.