La mañana de este jueves (05.02.2015) fue muy distinta para el periodista australiano Peter Greste. De vuelta en Brisbane, Australia, tras pasar 400 días en prisión en Egipto, el profesional se pudo reencontrar con su familia. Greste y otros dos colegas suyos fueron acusados de presuntamente dañar la imagen de Egipto y apoyar a los hermanos Musulmanes con sus notas para el canal de televisión catarí Al Jazeera.
En una inesperada decisión, el gobierno egipcio decidió deportar a Greste el pasado domingo. En una conferencia de prensa dada la mañana del jueves, el profesional agradecidó a todos los que trabajaron por su liberación, y aseguró que “seguiremos en campaña para conseguir que nuestros amigos también salgan en libertad”, en referencia al egipcio-canadiense Mohamed Fahmi y el egipcio Baher Mohamed, con quienes fue detenido a finales de 2013.
Greste contó que cuando se enteró de la decisión del gobierno egipcio, sus colegas “se pusieron muy contentos por mí”, al tiempo que destacaba que siempre fueron tratados con respeto y dignidad en la prisión de Tora, en El Cairo. Allí debía purgar los siete años a los que fue sentenciado. “Nunca sentí que debía cumplir esa condena”, apuntó el reportero, quien dijo sentirse en excelentes condiciones de salud.
Decisión de Al Sisi
Greste, muy sonriente en todo momento, llegó pocas horas antes de su conferencia a Brisbane. “Es genial estar de regreso”, dijo visiblemente emocionado. “He imaginado este momento durante 400 días”, aseguró antes de abrazar efusivamente a decenas de amigos que fueron a recibirlo al aeropuerto con carteles que decían “¡Bienvenido a casa Peter!” o “El periodismo no es un crimen”.
El australiano señaló que sus celebraciones se ven “estropeadas” por la situación que continúan viviendo sus colegas y “todos aquellos que fueron apresados con nosotros”. Tras meses de presión de varios gobiernos, organismos internacionales y una campaña en las redes sociales, el presidente Abdel Fatah al Sisi aceptó la deportación de Greste, apelando a una ley que permite expulsar a los extranjeros que sean juzgados en Egipto.
El primer ministro australiano, Tony Abbott, habló la noche del martes con el presidente Al Sisi para agradecerle su papel en la liberación de Greste.