TÚNEZ (Reuters) - Las autoridades tunecinas arrestaron a más de 20 presuntos militantes tras el ataque en el Museo Nacional del Bardo, en el que hombres armados mataron a turistas extranjeros, lo que llevó a estrictas operaciones de seguridad del país.
El miércoles, hombres armados vestidos con uniformes militares irrumpieron el miércoles en el museo y mataron a 20 turistas extranjeros y 3 tunecinos.
El sábado, cientos de personas se reunieron para una misa en la catedral en Túnez, encendiendo velas para recordar a las víctimas en una ceremonia en la que participaron ministros del Gobierno.
Afuera, había una gran presencia de policías a lo largo de la avenida Habib Bourguiba, en el centro de la capital tunecina.
El atentando es el peor en Túnez que involucra a extranjeros desde un atentado suicida en Djerba en 2002 y se produce además en un momento frágil para un país que acaba de entrar en democracia plena después de su levantamiento hace cuatro años que inspiró la llamada "Primavera Árabe".
Entre las víctimas extranjeras había turistas de Alemania, Colombia, España, Italia y Polonia. El museo se ubica en el interior de un complejo del Parlamento fuertemente custodiado.
El Gobierno dijo que los dos hombres milicianos que fueron abatidos por las fuerzas de seguridad luego de que abrieron fuego el miércoles contra dos autobuses de turistas habían recibido instrucción en campos yihadies en Libia antes del ataque.
Las autoridades arrestaron a más de 20 presuntos militantes, incluyendo a 10 que creen estarían directamente involucrados en el ataque al Bardo, dijo el sábado Mohamed Ali Aroui, portavoz del Ministerio del Interior.
"Hay una campaña a gran escala contra los extremistas", dijo el funcionario.
El Gobierno planea desplegar fuerzas del ejército en las principales ciudades para aumentar la seguridad tras los ataques.
Militantes del Estado Islámico se atribuyeron el atentado, pero cuentas en las redes sociales vinculadas a un grupo afiliado a al Qaeda en Túnez también publicaron detalles presuntamente acerca de la operación.
El ataque en Bardo ilustra cómo los militantes islamistas están prestando más atención al norte de África, especialmente en la vecina Libia, donde dos Gobiernos rivales se enfrentan por el control, lo que le permite al Estado Islámico ganar posiciones.