Los forenses han reunido hasta el momento 78 perfiles distintos de ADN correspondientes a las víctimas del avión de Germanwings en los Alpes, según ha indicado este domingo el fiscal que dirige la investigación, Brice Robin.
Todavía no se ha identificado a ningún pasajero, algo que se hará posteriormente en París comparando las muestras recogidas en el lugar de la tragedia con las casi 5.000 que han aportado sus familiares, han indicado a Efe fuentes de la investigación.
Los restos no serán entregados a los familiares hasta que los expertos concluyan su trabajo en "una o dos semanas", según informa el enviado especial de TVE a Seyne-les-Alpes, José Carlos Gallardo.
El coordinador del rescate de los cuerpos, el coronel Patrick Touron, señaló que violencia del impacto prácticamente pulverizó a los pasajeros y no se ha encontrado ningún cadáver completo pese a que los investigadores comenzaron la búsqueda por el lado más alejado del impacto, donde teóricamente sufrieron menos daños.
Rastreo minucioso en la zona cero
Los equipos de rescate centran sus esfuerzos este domingo en recuperar más restos humanos y hallar la segunda caja negra en la zona donde se estrelló el aparato. Esta contiene los datos técnicos del vuelo que complementarían la información recabada hasta ahora para avanzar en la investigación.
Para ello, decenas de especialistas han cuadriculado de forma cartesiana la zona en la que se estrelló el avión, que ha quedado reducido a pequeñas piezas tras la fuerza de la colisión.
Los expertos exploran cada centímetro de la zona, custodiada de forma permanente por 30 gendarmes. Primero se recuperan los restos más lejanos al epicentro del impacto y se va cerrando el círculo.
La zona del accidente está siendo tratada como "la escena de un crimen", afirmaba el portavoz del Ministerio del Interior francés, Pierre-Henri Brandet, aunque otros responsables lo comparan con una "excavación arqueológica".
A la destrucción de los restos, hay que sumar el inconveniente de que estén esparcidos alrededor de varios metros en una zona escarpada de la montaña a la que solo es posible acceder en helicóptero. Estos no puedan aterrizar y deben permanecer en el aire mientras los miembros del equipo de rescate se descuelgan con arneses, una operación arriesgada.
No descartan ninguna hipótesis
Este sábado el general Jean-Pierre Michel, jefe de los investigadores franceses, aseguró que aunque la investigación está prestando una atención especial al rol y la personalidad del copiloto Andreas Lubitz, no se han cerrado el resto de hipótesis, incluida la de un posible fallo del aparato.
Michel insistió en que todavía no disponen de todos los elementos técnicos sobre lo sucedido y en que el análisis de la segunda caja negra, si esta llega a encontrarse, será especialmente "esclarecedor".
La hipótesis principal de la Fiscalía de Marsella apunta a que el copiloto accionó el descenso del avión una vez que se quedó solo en la cabina, y cuando el comandante trató de volver a su puesto, rechazó abrirle la puerta. Después estrelló el avión "voluntariamente".
La policía ha encontrado documentos que demuestran que Andreas Lubitz ocultó a la aerolínea que estaba de baja médica y en tratamiento el día de la tragedia.
Según varios medios, el copiloto sufría un problema visual que podía haber amenazado su carrera de piloto y una enfermedad psicosomática grave, hecho que podrían haberle llevado a suicidarse.