Saná, 17 abr (EFE).- El grupo terrorista Al Qaeda realizó hoy nuevos avances en la provincia de Hadramut, en el sureste del Yemen, gracias al apoyo de tribus suníes locales y al vacío de poder y de seguridad causado por el actual conflicto.
Los yihadistas y sus aliados tribales tomaron en esta jornada el control del cuartel de la Brigada Mecánica 27 del Ejército yemení y del sector número 14 del vecino campo petrolero de Al Masila.
La base militar, de la que ayer se retiraron los soldados, está situada cerca de Al Mukala, capital de Hadramut, que estuvo bajo el dominio total de la organización terrorista los pasados 2 y 3 de abril.
Posteriormente, combatientes tribales anunciaron que habían expulsado a los radicales de la ciudad, aunque en realidad se creó una coalición con los clanes suníes denominada "Hijos de Hadramut".
Ambos grupos formaron además un consejo local para administrar la ciudad y empezaron a atacar cuarteles cercanos, según dijeron a Efe fuentes tribales.
Estos avances se producen después de que los miembros de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) capturaran ayer el aeropuerto internacional Rayan y el puerto de exportación de petróleo Al Dabat, cercanos a Al Mukala.
Mientras el caos favorece a los extremistas en Hadramut, en el resto del país prosiguieron hoy los bombardeos de la coalición árabe contra las posiciones de los rebeldes hutíes y los combates entre estos y las fuerzas leales al presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi.
La aviación de la coalición bombardeó la sede de la Brigada 22 de la antigua Guardia Republicana, que respalda al expresidente Ali Abdalá Saleh -aliado de los hutíes- en la ciudad de Taiz, la tercera en importancia estratégica del Yemen.
En esta urbe, los rebeldes del movimiento chií libraron además por tercer día consecutivo enfrentamientos con milicianos tribales partidarios de Hadi.
Un residente de Taiz, Anis Ahmed, explicó a Efe por teléfono que las calles están desiertas y que muchos habitantes están abandonando la ciudad debido a la escalada de la violencia.
Ante el repliegue en algunas zonas de los hutíes y los continuos bombardeos de la coalición, dos importantes brigadas del Ejército yemení se declararon leales a Hadi y rechazaron colaborar con el movimiento rebelde.
Se trata de la Brigada 135 de Blindados, posicionada en la ciudad de Siun, en Hadramut, y de la brigada de infantería desplegada en la isla de Socotra para proteger las costas del océano Índico.
El comandante de la Brigada 135, el general Yehia Abu Auya, dijo anoche en un comunicado que todo su contingente, compuesto por más de 4.000 soldados, solo va a cumplir ordenes de Hadi.
Estos anuncios se producen después de que el vicepresidente y primer ministro, Jaled Bahah, instara ayer a los soldados a unirse a las filas de las autoridades legítimas ante la división actual del Ejército entre leales a Hadi y a Saleh.
Por su parte, Saleh aseguró hoy que no va abandonar su país pese a las operaciones militares de la coalición -liderada por Arabia Saudí-, en respuesta a las informaciones difundidas al respecto por algunos medios regionales.
"No soy de este tipo (de personas) que busca un domicilio en (la ciudad saudí de) Yeda, en París o en Europa. No ha nacido ni va a nacer nadie que diga a Ali Abdalá Saleh sal de tu país", dijo en su cuenta de Facebook el expresidente, que se encuentra en Saná.
El conflicto, recrudecido desde que el pasado 26 de marzo comenzaron los bombardeos de la coalición, ha provocado una grave crisis humanitaria en el Yemen.
Varias agencias humanitarias de Naciones Unidas y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) denunciaron hoy la creciente escasez de alimentos, agua potable y medicamentos.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) hizo un llamamiento de fondos de 273,7 millones de dólares para hacer frente a la situación de emergencia en el país durante los próximos tres meses.
La ayuda llega con cuentagotas en medio de las dificultades. El portavoz de la coalición árabe, Ahmed al Asiri, dijo hoy que los aviones humanitarios necesitan permisos y señaló que obligaron a uno a aterrizar en Arabia Saudí por no respetar el embargo aéreo.
La misma medida se aplica sobre los barcos: "Permitimos la llegada de los barcos comerciales y humanitarios e impedimos el acceso de los sospechosos", agregó.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió ayer un alto el fuego inmediato a todas las partes involucradas en el conflicto, que ya ha causado más de 800 muertos y 2.700 heridos.