Hay tensiones en el seno de Boko Haram, es lo que cuentan algunas de las mujeres liberadas el domingo tras pasar varios meses en el bosque de Sambisa como esclavas sexuales. De las 700 mujeres y niños liberados, 275 han sido trasladados al campo de refugiados de Yola en el Estado de Adamawa, en Nigeria.
“Los hombres de Boko Haram estaban decepcionados con su líder, no recuerdo el nombre, que les había reclutado para luchar en nombre de la religión. Pero cuando lanzaron el ataque para liberarnos, estaban desarmados y murieron, nada bueno podía pasarles”, cuenta Hanatu Musa.
El Fondo de Población de Naciones Unidas asegura que la mayoría de las mujeres están embarazadas y afrontan un grave trauma psicosocial.
“A las que rechazábamos casarnos nos vendían a otros miembros de Boko Haram, teníamos que trabajar como sirvientas en sus casas, trabajar para sus mujeres”, cuenta Binta Ibrahi.
Destruidas psicológicamente, el destino de estas mujeres es muy incierto porque, en muchas ocasiones, son rechazadas por la sociedad.
En cuanto a la suerte de las 200 estudiantes secuestradas el año pasado en la localidad de Chibok, el propio presidente de Nigeria se ha mostrado pesimista. Según el testimonio de algunas mujeres que pudieron escapar, las que no han sido vendidas tras ser violadas, están muertas.