TIANJíN, China (Reuters) - Soldados y rescatistas ataviados con máscaras de gas y ropa para emergencias buscaban el domingo materiales tóxicos en el puerto de Tianjín, mientras el primer ministro, Li Keqiang, llegaba al lugar para ofrecer sus condolencias, días después de que varias explosiones arrasaron parte de una zona de desarrollo nacional.
El objetivo es limpiar las sustancias químicas antes de que llueva, ya que podría generar más gas tóxico.
La cifra de muertos por el desastre del miércoles asciende ya a 112. La explosión lanzó al cielo gigantescas bolas de fuego amarillas y naranjas, envió escombros en llamas a una gran zona industrial, destrozó vehículos y contenedores, quemó edificios y destrozó las ventanas de los departamentos cercanos.
El número de desaparecidos se elevó a 95, la mayoría de ellos bomberos, según dijeron los medios estatales, sugiriendo que la cifra final de fallecidos aumentará bastante. Más de 720 personas siguen hospitalizadas.
Los funcionarios reconocieron la presencia de toxinas, pero aseguraron que no representan una amenaza para las personas fuera de la zona de evacuación de 2 kilómetros decretada alrededor del lugar de la explosión.
"Puedo decir responsablemente que no habrá efectos secundarios para la gente", afirmó a los periodistas Shi Luze, jefe de estado de la Región Militar de Pekín del Ejército de Liberación Popular, en referencia a la gente fuera del área.
Shi confirmó la presencia de más de 100 toneladas del mortal cianuro de sodio, almacenado en dos lugares separados.
Las brigadas de bomberos fueron criticadas por usa agua para apagar las llamas en el incendio inicial, lo que podría haber contribuido a las explosiones, dada la naturaleza volátil de los productos químicos presentes.
Greenpeace dijo que los análisis en los alrededores mostraron que el suministro de agua no está muy contaminado con cianuro, pero que no "descarta la presencia de otros químicos peligrosos en el agua".
"Greenpeace reitera su llamado a las autoridades para que pongan en marcha una evaluación amplia de los químicos peligrosos presentes actualmente en el aire y en los suministros de agua y que hagan pública toda la información", señaló.
En un comunicado anterior, la organización medioambiental instó al Gobierno una zona de evacuación de cinco kilómetros.
China evacuó a los residentes que se refugiaron el sábado en una escuela cercana al lugar de la explosión, después de que un cambio en la dirección del viento generó temores de que partículas químicas tóxicas pudieran penetrar tierra adentro.
Unas 6.300 personas fueron desplazadas tras la tragedia. La onda expansiva pudo sentirse en edificios situados a kilómetros de distancia, en la ciudad de 15 millones de habitantes.
Un centenar de personas de una zona residencial cercana al lugar de la explosión protestaron en el exterior de un hotel donde celebraba un punto de prensa gubernamental, molestos por la acumulación de sustancias peligrosas cerca de sus viviendas.
"Me preocupa mucho que estos químicos afecten a mi salud", dijo Zhang Yinbao, que trabaja en la industria química y cuyo edificio de departamentos está a solo 800 metros del lugar de la catástrofe.
Familiares de los bomberos desaparecidos -85 de las 95 personas que no han sido localizadas aún- también protestaron, marchando hacia las oficinas gubernamentales del distrito, donde se enfrentaron a la policía antes de ser dispersados. Reuters