CNN. Miami. En su último debate antes de las importantes elecciones primarias y asambleas del martes en Florida, Illinois, Missouri y Ohio, los aspirantes republicanos se enfrentaron sobre una serie de cuestiones clave, como las visas de trabajo, la seguridad social, el Islam y la política exterior.
El debate estuvo marcado por un tono menos beligerante, con menos ataques personales, con respecto a los debates anteriores. Donald Trump defendió su afirmación de que “el Islam nos odia” durante el debate de organizado por CNN el jueves.
El principal candidato del Partido Republicano suscitó una nueva controversia esta semana cuando dijo en una entrevista con Anderson Cooper: “Creo que el Islam nos odia”. Afirmó que había “tremendo odio” que en parte define la religión, y que si bien Estados Unidos se centra en la lucha contra el Islam radical, “es muy difícil de definir. Es muy difícil de separar. Debido a que no se sabe quién es quién”.
Cuando el moderador del debate, Jake Tapper, pidió a Trump aclarar si se refería a todos los musulmanes, el magnate respondió: “Me refiero a un montón de ellos”.
“Hay un enorme odio y me quedo exactamente con lo que le dije a Anderson Cooper”, dijo.
Marco Rubio, que está luchando por mantener a flote su campaña, saltó a criticar a Trump.
“Los presidentes no pueden decir lo que quieran. Tiene consecuencias”, dijo el senador de Florida.
“No quiero ser tan políticamente correcto” respondió Trump. “Sería muy fácil para mí decir algo diferente, y todo el mundo diría 'Oh, ¿no es maravilloso?' Mejor podemos resolver el problema antes de que sea demasiado tarde”.
Rubio replicó: “No me interesa ser políticamente correcto. Me interesa estar en lo correcto”.
El candidato argumentó que eliminar al Islam radical no puede ocurrir sin la cooperación de los aliados musulmanes. “Vamos a tener que trabajar con los musulmanes”, añadió.
Por su parte, Ted Cruz dijo que “la respuesta no es gritar 'China es malo, los musulmanes son malos'”.
Sobre política antiterrorista, Trump dijo: “Tenemos leyes que no permiten el ahogamiento simulado, debemos ampliar nuestras leyes. Tenemos que destruir a ISIS, hacerlo rápidamente y regresar a reconstruir nuestro país”, sentenció el magnate.
Kasich planteó una opción en la estrategia contra ISIS: “Permitan que las potencias regionales redibujen el mapa si eso es lo que se necesita para detener a ISIS.”
Los candidatos republicanos se dirigen a una semana que podría alterar el curso de la elección de 2016. El debate fue el último encuentro de los cuatro aspirantes antes de las elecciones en estados cruciales como Ohio, Florida e Illinois el martes.
Trump está dominando la carrera, pero aún no está claro si va a tener suficientes delegados para asegurar la nominación republicana antes de la convención republicana de este verano. Sobre los recientes rumores acerca de la posibilidad de una convención negociada o impugnada, Trump dijo que el partido debe coronar a quien logre la mayoría de los delegados.
“En primer lugar, creo que voy a tener los delegados, ¿ok?”, dijo Trump. “Creo que quien tenga el mayor número de delegados debe ganar. Eso es lo que pienso.”
Ted Cruz, que se encuentra actualmente en el segundo lugar en la carrera, dijo que elegir a otro que no sea el candidato con la mayoría de delegados sería “un desastre absoluto”.
Una semana después del último debate republicano, en el que Trump se jactó del tamaño de su pene, el encuentro careció de los insultos personales que abrumaron a muchos de los enfrentamientos anteriores.
“No puedo creer lo civilizado que ha sido el debate”, dijo Donald Trump.
Esa dinámica había resultado difícil para el gobernador de Ohio, que se mantuvo alejado de las refriegas entre sus rivales. Kasich tiene la esperanza de ganar el martes en su estado natal.
El tono más amable fue también un cambio para Rubio, quien la semana pasada se burló implacablemente de Trump, desde su cabello hasta el tamaño de sus manos. El senador parecía más cómodo después de bajar el tono.
Las únicas chispas que saltaron entre los aspirantes fueron sobre política, incluida la inmigración, la seguridad social y la política exterior.
Cruz criticó a Trump por sus comentarios anteriores de que él quiere permanecer “neutral” en el conflicto entre israelíes y palestinos.
El senador de Texas también trató de reforzar sus propias credenciales proIsrael, insistiendo en que él “no va a ser neutral” como presidente.
Trump rechazó las críticas, diciendo: “No hay nadie en este escenario más favorable a Israel que yo.”
Cruz disparó de nuevo al criticar a Trump por haber colaborado con los demócratas en el pasado.
“En primer lugar, Ted estaba a favor de la amnistía”, dijo Trump sobre la política migratoria.
Otra cuestión sobre Trump que se puso sobre la mesa fue la de las visas H-1B, que fomentan la inmigración legal para trabajadores altamente calificados. Trump es un fuerte crítico del programa, sin embargo, reconoció que lo utiliza en sus prácticas de contratación.