Washington, miércoles 27 de abril, 2016 (Reuters). El precandidato republicano a la presidencia de Estados Unidos Donald Trump dejará de lado el miércoles sus excentricidades de niño malo y, con la ayuda de un "teleprompter", delineará cuál será su política exterior si se convierte en noviembre en el nuevo inquilino de la Casa Blanca, dijeron sus asesores.
Los gobiernos que han manifestado preocupación ante la posibilidad de una presidencia de Trump pondrán mucha atención al discurso. Sus críticos han acusado al favorito republicano de fanatismo y de ser un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos.
Muchos asesores de defensa y política exterior afirman que sus opiniones son preocupantes, pues mezclan aislamiento y proteccionismo con llamados a forzar a aliados de Estados Unidos a pagar más por su defensa y propuestas para imponer onerosos aranceles sobre algunos bienes importados.
"Parte de lo que digo es que amamos a nuestro país y a nuestros aliados, pero nuestros aliados ya no pueden aprovecharse de este país", dijo Trump a periodistas el martes por la noche.
El multimillonario empresario inmobiliario de 69 años afirmó que se concentrará en las armas nucleares como la mayor amenaza al mundo hoy. "Probablemente soy el último en el gatillo", declaró el miércoles en el programa "Good Morning America" de ABC, citando su oposición a la guerra en Irak.
Trump adelantó que su discurso se centrará en los aspectos económicos de la política exterior "porque nos está matando la economía".
El precandidato republicano ha prometido prohibir temporalmente la entrada de musulmanes a Estados Unidos y construir un muro en la frontera con México. Sus políticas son populares entre muchos votantes que quieren un cambio, pero preocupan a los expertos en política exterior.
El discurso el miércoles a las 16:00 GMT en un hotel de Washington abordará temas como el comercio global, políticas de seguridad nacional y económica y el fortalecimiento de las fuerzas militares estadounidenses, dijo su campaña.
Se espera que se trate de una serie de discursos sobre políticas con el objetivo de mostrar que Trump es digno de la Casa Blanca, pese a que nunca ha ocupado cargos de elección popular.
"Necesita mostrar que tiene sustancia, la profundidad de conocimientos y la visión para ser el comandante en jefe estadounidense", comentó Steve Schmidt, que fue el jefe de campaña del nominado republicano de 2008, John McCain.