Beirut, Líbano, miércoles 27 de abril, 2016 (AP). Insurgentes del grupo extremista Estado Islámico tomaron varias localidades controladas por rebeldes sirios cerca de la frontera con Turquía, dijo una red de activistas que monitorea el conflicto sirio.
La milicia radical capturó cinco localidades en el distrito de Azaz, donde los rebeldes habían acogido a decenas de miles de civiles desplazados por el conflicto, dijo el miércoles el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en gran Bretaña.
La agencia de noticias afiliada a la milicia radical también reportó la captura.
Los rebeldes sirios esperaban una gran ofensiva del gobierno contra sus posiciones en Alepo, la ciudad más grande de Siria y que fuera su capital comercial. Alepo está ahora dividida en zonas controladas por el gobierno y los rebeldes. Docenas de civiles murieron por bombardeos y proyectiles lanzados sobre la ciudad en la última semana.
Una ofensiva del gobierno respaldada por potencia aérea rusa y milicias regionales expulsó este año a los rebeldes de algunas partes de Azaz y cortó la comunicación entre Alepo y la frontera turca. Las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), de mayoría curda, que luchan por su autonomía en el complejo conflicto, también hicieron avances ante los rebeldes.
Eso deja a los rebeldes con sólo un estrecho corredor al mundo exterior, a través de la provincia de Idlib. Los que siguen en Azaz se ven ahora presionados entre el grupo EI al este y el SDF al sur y el oeste, mientras que Turquía restringe de forma estricta el paso de mercancías y personas por la frontera.
Médicos Sin Fronteras y otras organizaciones humanitarias advirtieron este mes que la situación para las más de 100,000 personas atrapadas en el territorio rebelde de Azaz es crítica.
El avance del miércoles deja a Estado Islámico en una mejor posición para avanzar sobre las localidades de Marea y Azaz.
El conflicto sirio comenzó con protestas en su mayoría pacíficas en 2011, pero la brutal represión del gobierno y la aparición de una insurgencia armada terminaron por sumir al país en una guerra civil abierta. En los combates han muerto más de 250,000 personas, según Naciones Unidas, que dejó de documentar las bajas hace varios meses.