BRASILIA (Reuters) - La presidenta brasileña Dilma Rousseff perdió el domingo por amplio margen una votación decisiva en la Cámara de Diputados y ahora corre el riesgo de ser suspendida del cargo para enfrentar un juicio político ante el Senado, que podría deponerla y acabar con 13 años de gobierno del Partido de los Trabajadores.
Miles de manifestantes a favor y en contra del juicio político esperaban fuera del Congreso, donde la oposición consiguió cómodamente la mayoría de dos tercios que necesitaba para que el Senado juzgue a la líder izquierdista por manipulación de cuentas fiscales.
La sala de la Cámara era un mar de banderas brasileñas y puños en alto cuando los legisladores levantaron en andas al diputado que dio el voto decisivo. Sao Paulo y Río de Janeiro, las principales ciudades de Brasil, se iluminaron con fuegos de artificio y automóviles tocaban sus bocinas para celebrar el resultado de la votación.
Si el Senado decide por mayoría simple iniciar el juicio político a principios de mayo, como se espera, Rousseff sería suspendida de su cargo y reemplazada por el vicepresidente Michel Temer durante el juicio. Temer completaría el mandato de la presidenta hasta 2018 si es hallada culpable.
La disputa por la impugnación, que ocurre en medio de la peor recesión desde 1930, ha dividido al país de 200 millones de habitantes más que en cualquier momento desde el fin de la dictadura militar en 1985.
Además, ha provocado un agrio enfrentamiento entre Rousseff, de 68 años, y Temer, de 75 años, que puede desestabilizar a cualquier futuro gobierno y hundir a Brasil en meses de incertidumbre.
A pesar de la molestia por el creciente desempleo, el Partido de los Trabajadores de Rousseff puede contar con el apoyo de millones de obreros y empleados brasileños, quienes se han beneficiado de programas sociales que sacaron a sus familias de la pobreza en la última década.
"La lucha continuará ahora en las calles y en el Senado federal", dijo José Guimaraes, líder del Partido de los Trabajadores en la cámara baja. "Perdimos porque los golpistas fueron fuertes".
Los sondeos de opinión muestran que más del 60 por ciento de los brasileños apoya la impugnación de Rousseff, la primera mujer presidenta de Brasil.
Los mercados reaccionaban con alzas a la derrota de la presidenta: el riesgo país caía a 340,8 puntos, su mínimo desde agosto del año pasado, y los fondos negociables de acciones brasileñas subían un 4 por ciento en la Bolsa de Tokio.
La batalla por el juicio político ha paralizado las iniciativas gubernamentales en Brasilia, a sólo cuatro meses de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y en medio de una batalla contra la epidemia del virus del Zika, que ha sido asociado con defectos de nacimiento en recién nacidos.
Brasil, que una vez fue considerado una potencia entre los mercados emergentes, ha sido golpeado por el fin de un ciclo alcista de los precios de las materias primas y en diciembre pasado perdió la calificación de grado de inversión.
(Reportaje de Marcela Ayres, Eduardo Simoes y Alonso Soto; escrito por Anthony Boadle; editado en español por Javier López de Lérida y Carlos Serrano) Reuters
Después de más cinco horas de votación, la cámara de diputados de Brasil dio luz verde a la acusación contra la presidenta Dilma Rousseff. De esta manera será el Senado el encargado de decidir si la mandataria enfrentará un juicio político que busca su destitución.
Dilma y los miembros de su administración tienen fe en que el Senado aborde el proceso en profundidad, es ahí donde se decidirá si la acusación prosigue con miras a un juicio que puede sacar definitivamente a la presidenta de su cargo. El Partido de los Trabajadores espera que en esa instancia se libere a la mandataria de todas las acusaciones, y así poder terminar su mandato el 2019.
El quórum de 342 votos fue alcanzado sin que tuvieran que votar los 513 diputados que tiene la cámara brasileña. La algarabía llenó el hemiciclo y los gritos de “fuera Dilma” acallaron a los que aclamaban “no habrá golpe”. “Cuanta honra me reservó el destino para dar este grito en nombre de todos los brasileños”, dijo el diputado Bruno Araújo, del Partido de la Social Democracia Brasileña, al anunciar el voto que le garantizó la victoria a la oposición.
Aunque la votación continuó, la algarabía por un lado y la tristeza de los miembros del Partido de los Trabajadores por el otro, se reflejó también en las calles de Brasil, donde el proceso fue seguido en vivo por miles de brasileños que se congregaron durante el día para manifestar su apoyo o rechazo a la actual mandataria.
Todo está en manos del Senado
A partir de este martes (19.04.2016) el Senado brasileño iniciará los trámites para decidir si finalmente se abre un juicio político contra Rousseff, proceso que duraría 10 días, tiempo en el que una comisión especial de 21 miembros elaborará un informe sobre el caso. Si la votación de los diputados es respaldada por los senadores, la presidenta deberá dejar su cargo durante 180 días, que es el tiempo con que cuenta el Senado para realizar el juicio. En ese periodo el vicepresidente Michel Temer ocupará el lugar de Rousseff.
Durante el juicio el Senado escucharía a la defensa y a la parte acusadora, además de otros testigos que puedan citar respecto a las irregularidades fiscales en las que incurrió el Gobierno en los últimos dos años. Después de esto se elabora un nuevo informe que se somete a la votación del Senado. Es ahí donde se decidiría la suerte definitiva de Dilma, si la encuentran culpable será destituida y perderá sus derechos políticos durante ocho años y el vicepresidente Temer deberá concluir el mandato. MN (efe,dpa) DW.COM | 18.04.2016
Votación por diputado: O Globo - Votação na Câmara do processo de impeachment