WASHINGTON (AP) — El presidente Donald Trump amenazó el jueves con declarar un estado de emergencia a fin de evadir al Congreso si no puede llegar a un acuerdo con los demócratas para construir una muralla en la frontera con México.
Por otra parte, canceló su asistencia al Foro Económico de Davos en Suiza debido a la crisis.
Trump hizo la amenaza cuando se dirigía a la zona fronteriza luego que unas negociaciones sobre el tema fracasaron estrepitosamente.
El cierre parcial del gobierno ha llegado a su 20mo día y cientos de miles de empleados federales están de licencia o trabajando sin paga, debido a la pugna por el muro fronterizo.
Además, la crisis obligó al mandatario a cancelar su asistencia al Foro de Davos. Trump debía partir el 21 de enero al foro, pero el jueves dijo que “la intransigencia” de los demócratas le obligó a cancelar.
Por Twitter, dijo que enviaba a los organizadores del foro “mi más cálido aprecio y disculpas” por haber cancelado.
Horas antes cuando se le preguntó a Trump sobre si declarará el estado de emergencia, el presidente respondió: “Por ahora no estoy listo para hacer eso pero si tengo que hacerlo lo haré”. Asegura que ello le daría autoridad para ordenarle a las fuerzas armadas construir la muralla.
“Así que, o tendremos una victoria y llegaremos a una transacción -- porque yo creo que una transacción es una victoria para todos -- o declararé la emergencia nacional”, expresó.
No queda claro qué tipo de acuerdo estaría en ciernes. Trump dice que no permitirá la reapertura del gobierno a menos que los demócratas faciliten el dinero para el muro. Los demócratas favorecen medidas para fortalecer la frontera pero consideran tal muralla como un método ineficaz e innecesario. Trump le ha solicitado al Congreso 5.700 millones de dólares para construir la barrera.
En su viaje a McAllen, Texas el mandatario visitará una comisaría de la patrulla de fronteras para participar en una mesa redonda sobre inmigración y seguridad fronteriza, y asistirá a una reunión informativa sobre seguridad en la zona.
McAllen está en el Valle del Río Grande, la parte de la frontera que registra más cruces ilegales a territorio estadounidense.
El jueves poco antes de la llegada de Trump, cientos de personas protestaron en el aeropuerto en contra de la visita presidencial y de la idea de un muro fronterizo. Al otro lado de la calle, un grupo más reducido se manifestaba a favor de la barrera.
El jueves temprano, Trump recurrió a Twitter para repetir sus quejas.
″¡El Partido Opositor y los Demócratas saben que tenemos que tener Seguridad Fronteriza pero no quieren darle a ‘Trump’ otra de sus muchas victorias!” escribió el mandatario.
También defendió sus reiterados alegatos de que México pagará por el muro, a pesar de que México enfáticamente ha dicho que no.
“Yo nunca dije que ellos iban a firmar un cheque”, dijo Trump agregando que los mexicanos pagarán indirectamente “con creces”.
Trump abandonó el miércoles su reunión con los líderes del Congreso _ y poco después tuiteó “Les dije adiós” _ y los esfuerzos para reactivar el ejecutivo quedaron en una situación incierta. Cientos de miles de trabajadores federales no cobrarán sus nóminas el viernes.
El jueves, la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi dijo en rueda de prensa que “creo que la reunión fue un montaje para que él pueda abandonarla”.
Las fallidas conversaciones generaron especulaciones sobre si Trump declararía una emergencia nacional e intentaría autorizar el muro por su cuenta si el Congreso no aprueba la partida económica que reclama.
“Creo que podríamos llegar a un acuerdo, y si no, yo podría ir por ese camino”, señaló.
El encuentro en la Sala de Crisis de la Casa Blanca duró apenas 14 minutos. Los demócratas contaron que pidieron al presidente que reabra el gobierno, pero él les respondió que si lo hacía no le darían el dinero para su proyecto. Según los republicanos, Trump le planteó una pregunta directa a la presidenta de la cámara baja, Nancy Pelosi: Si él reactiva el gobierno, ¿ella le financiaría el muro? Pelosi dijo que no.
Trump dio un manotazo en la mesa, apuntó el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer. De acuerdo con la versión de su partido, el presidente, que repartió caramelos al inicio del encuentro, no levantó la voz ni golpeó la mesa.
Un resultado está claro: el cierre parcial del gobierno entró en un nuevo territorio sin un desenlace a la vista.
El jueves el líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, acusó a los demócratas de estar sufriendo “una asombrosa alergia política” a construir un muro en la frontera con México.
McConnell dijo en el Senado que los demócratas apoyaron construcciones fronterizas bajo la presidencia de Barack Obama, pero que se oponen a una ahora y deberían “buscar tratamiento para su asombrosa alergia política a la seguridad fronteriza”.
Los demócratas apoyaron en el 2013 una partida de 46.000 millones de dólares para la construcción de algunas barreras fronterizas pero ello venía con la condición que se crearía un sistema para regularizar el status de millones de personas que estaban ilegalmente en el país. El proyecto de acuerdo, sin embargo, eventualmente fracasó.