VARSOVIA/DALLAS (Reuters) - El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió a sus compatriotas que no piensen que el país se está dividiendo en facciones rivales, luego del ataque que dejó cinco policías muertos en Dallas y del fallecimiento de dos hombres negros a manos de agentes policiales en Minnesota y Luisiana.
"Pese a lo dolorosa que ha sido esta semana, estoy plenamente convencido de que Estados Unidos no está tan dividido como han dicho algunos", dijo Obama el sábado, durante una rueda de prensa en Varsovia, en el marco de una cumbre de la OTAN.
"Estadounidenses de todas las razas y procedencias están justamente indignados por los ataques inexcusables contra la policía, ya sea en Dallas o cualquier lugar (...) Eso incluye a los manifestantes, incluye a las familias que tienen serias preocupaciones sobre la conducta de la policía y ellos han dicho que esto es inaceptable", agregó.
Las autoridades identificaron al autor de los disparos contra los policías como Micah Johnson, un hombre negro ex reservista del Ejército de Estados Unidos. Dijeron que sirvió en Afganistán, que abrazó el nacionalismo militante negro y que "manifestó que quería matar a blancos, especialmente a oficiales blancos".
"El demente que realizó los ataques en Dallas no es un representante de los afroamericanos, como tampoco el atacante de Charleston es un representante de los estadounidenses blancos, ni los atacantes de Orlando o San Bernardino lo son de los estadounidenses musulmanes", dijo Obama, refiriéndose a una serie de tiroteos masivos del último año.
El ataque del jueves en Dallas dejó heridos a otros siete policías y dos civiles. Johnson, de 25 años, murió por la explosión de una bomba transportada por un robot tras un largo enfrentamiento en un garaje del centro de Dallas.
Los hechos de violencia del jueves tuvieron lugar tras las muertes de dos hombres afroamericanos baleados por policías: Philando Castile, de 32 años, el miércoles en Minnesota, y de Alton Sterling, de 37, en Luisiana el martes.
Obama dijo que existe el "persistente problema de que afroamericanos y latinos son tratados de forma diferente por nuestro sistema de justicia criminal", pero agregó que no cree que el país se encamine a la polarización que se vivió en la década de 1960.
El presidente Barack Obama rechazó el sábado la idea de que la violencia que sacudió a Estados Unidos en los últimos días es indicio de que el país ha vuelto a los días oscuros de su pasado. A pesar del dolor que dejaron las muertes de hombres de raza negra y policías, "Estados Unidos no es un país tan dividido como algunas personas han dicho", aseguró.
"Todos los estadounidenses, de todas las razas y todos los sectores de la sociedad, están justificadamente indignados ante estos ataques inexcusables contra policías, ya sea en Dallas o en cualquier otro lugar", dijo el mandatario en Varsovia, donde asistió a una reunión de la OTAN.
"Ello incluye a los manifestantes, incluye a miembros de familias que tienen serias reservas sobre la conducta de policías y que creen que todo lo que está pasando es inaceptable", agregó. "Aquí no hay división alguna".
Fue la tercera vez en tres días que el presidente habla sobre las muertes de hombres negros a manos de policías en Louisiana y Minnesota, lo que suscitó una manifestación en Dallas. Al margen de esa protesta pacífica, un francotirador mató a cinco policías. Además siete policías y dos civiles resultaron heridos.
"Esta ha sido una semana difícil", admitió el mandatario.
Obama dijo que el asesino de Dallas, un hombre que había estado en el ejército y que luego fue abatido mortalmente por la policía, era "un individuo desquiciado" que no representa a los negros del país de igual forma que el individuo blanco que mató a negros en una iglesia en Charleston, South Carolina, no representa a los blancos del país.
El jefe de Estado anunció que visitará Dallas "en los próximos días" para expresar su solidaridad con la ciudad.
Recalcó que aunque "hay pesar, hay rabia y hay confusión" sobre cómo lidiar con este tipo de violencia, "hay unidad en el reconocimiento en que esta no es la manera como queremos que nuestras comunidades se desarrollen. Esto no es lo que queremos ser como país y eso sirve de base para que podamos avanzar de una positiva y constructiva".
"Así que no podemos dejar que las acciones de unos pocos nos definan a todos", enfatizó.
El presidente dijo que convocará a una reunión en la Casa Blanca la semana entrante de policías, líderes comunitarios, activistas de derechos civiles y otros para hablar de maneras de avanzar. Expresó que "la solidaridad y comprensión" demostrada por ciudadanos comunes ante los sucesos recientes, inclusive de los policías de Dallas que fueron atacados, le han dado esperanzas.
"Esa es la actitud que todos debemos tener, esa es la actitud que yo deseo usar como base para avanzar", añadió.
Sin embargo, dejó en claro que seguirá expresándose sobre la necesidad de endurecer las restricciones al acceso a las armas en Estados Unidos, una posición que ha encontrado férrea resistencia en el Congreso dominado por los republicanos.