LAS VEGAS (AP) -- En una amenaza para un pilar fundamental de la democracia estadounidense, Donald Trump declinó decir el miércoles por la noche que aceptará el resultado de las elecciones del mes que viene si pierde ante Hillary Clinton. La candidata demócrata describió esa resistencia de Trump como "espantosa".
Trump ha pasado los días previos al tercer y último debate alertando a los votantes sobre que los comicios estarán "amañados". Cuando se le preguntó si aceptaría los resultados si Clinton sale victoriosa, el empresario dijo "Se lo diré en su momento, los mantendré en suspenso".
Las palabras de Trump plantean la perspectiva de que millones de sus seguidores podrían no aceptar los resultados del 8 de noviembre si el empresario pierde, dejando al país en territorio desconocido. Las elecciones libres y justas, en las que el perdedor se hace a un lado de forma pacífica, han sido un apoyo clave de la tradición democrática estadounidense desde la fundación del país hace 240 años.
El Comité Nacional Republicano (RNC, por sus siglas en inglés) desautorizó de inmediato esa afirmación de Trump. No hay pruebas de fraude electoral generalizado, y las autoridades electorales de todo el país han desmentido y criticado las acusaciones de Trump.
El duelo del miércoles pasó rápidamente de una discusión moderada y enfocada en propuestas a una confrontación agria y muy personal. Trump describió varias veces a Clinton como una "mujer repugnante", mientras que la demócrata le tachó de "no apto" para ser comandante en jefe.
Clinton, que comenzó el debate con una ventaja en casi todos los estados en disputa, acusó con firmeza a su rival de ser más afín al presidente de Rusia que a los expertos estadounidenses militares y de inteligencia, después de que el candidato republicano se negara de plano a aceptar la afirmación de Washington de que Moscú ha intentado influir en los comicios estadounidenses.
La ex secretaria de estado afirmó que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, apoya a Trump porque "preferiría tener una marioneta como presidente de los Estados Unidos".
Trump negó cualquier relación con Putin y dijo que condenaría cualquier interferencia extranjera en la votación. Pero fue notable su rechazo a apoyar la tesis de la comunidad de inteligencia sobre que Rusia estuvo implicada en un ataque informático contra instituciones demócratas. La campaña de Clinton ha dicho que el FBI también investiga la participación rusa en el ataque al correo electrónico de un importante asesor.
El debate de 90 minutos realizado en Las Vegas se da a menos de tres semanas de las elecciones y con las votaciones anticipadas realizándose en más de 30 estados. Trump ha tenido problemas para ampliar su base de apoyo más allá de sus seguidores más leales y debe redirigir la carrera en los últimos días si quiere derrotar a Clinton.
Los candidatos chocaron varias veces sobre sus visiones drásticamente diferentes del futuro de la nación. Trump dijo apoyar a jueces para la Corte Suprema que revocarían el histórico fallo de Roe vs. Wade que legaliza el aborto. Por su parte, Clinton prometió designar jueces que preserven el decreto que legaliza el aborto al indicar: "Hemos llegado demasiado lejos como para retroceder en ese aspecto en este momento".
El empresario llegó al debate tras una serie de acusaciones de comportamiento sexual indebido, expresadas por mujeres que salieron a la luz pública después de que él negara en el debate anterior que hubiera besado o agarrado a mujeres sin su consentimiento. Ese desmentido de Trump siguió a la publicación de un video en el que presumía precisamente de eso.
Trump volvió a rechazar las acusaciones el miércoles y dijo que las mujeres que lo han acusado públicamente "o quieren fama o lo hizo la campaña de ella". Afirmó que las acusaciones han sido desacreditadas, lo que es falso.
Clinton repuso que Trump "cree que menospreciar a las mujeres le hace más importante. Va tras su dignidad, su sentimiento de valía personal". La demócrata evitó responder a una pregunta sobre las infidelidades de su esposo.
Trump presionó a Clinton sobre el tema migratorio, acusándola de querer una política de "fronteras abiertas", una descripción que ella rechaza fervientemente. El republicano, que ha pedido construir un muro a lo largo de toda la frontera entre México y Estados Unidos, dijo que bajo una presidencia de Clinton, "las personas van a venir en grandes cantidades al país".
En un choque sobre comercio, Trump dijo que Clinton había dado una imagen falsa de su opinión sobre el Acuerdo Trans-Pacífico (TPP, por sus siglas en inglés), señalando que en un principio lo describió como el "patrón de oro" de los acuerdos comerciales. Clinton replicó que una vez se completó el acuerdo, no cumplía con sus requisitos.
"Ahora estoy en contra. Estaré en contra tras las elecciones. Estaré en contra cuando sea presidenta", dijo.
El moderador preguntó a ambos si considerarían subidas de impuestos o recortes de gastos sociales para respaldar los programas de la Seguridad Social y Medicare. Trump dijo que bajaría los impuestos y revocaría y sustituiría la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, pero no detalló ningún plan para la Seguridad Social ni otros programas de prestaciones sociales.
Clinton dijo que dedicaría más dinero al fondo de la Seguridad Social a través de una subida fiscal sobre los ricos y otros métodos, y prometió no recortar prestaciones sociales. También afirmó que la ley de atención sanitaria ha aumentado la solvencia de Medicare y que trabajaría para reducir sus costes.
Sobre política exterior, Clinton reafirmó su oposición a desplegar un gran contingente de tropas en Oriente Medio para derrotar al grupo Estado Islámico. Ella ha apoyado establecer una zona de exclusión aérea sobre Siria, lo que supondría una expansión de la estrategia actual de Estados Unidos en el país.
Para Trump, el debate representa una de sus últimas oportunidades de reformular una contienda que parece escapársele de las manos. La campaña de Clinton se expande de manera confiada en estados tradicionalmente republicanos, en tanto que el estrecho sendero electoral de Trump es cada vez más pequeño.
Por su parte, Clinton ha tenido problemas durante toda la campaña para dejar atrás las persistentes preguntas sobre su honestidad y fiabilidad. En las últimas semanas de campaña ha empezado a pedir a los estadounidenses que superen las profundas divisiones en el país, que tan solo se han exacerbado durante la campaña. El miércoles dijo que pretende ser una presidenta tanto para los que voten por ella como para los que no lo hagan.
En el debate, Clinton enfrentó por primera vez preguntas sobre las revelaciones de los correos pirateados a un asesor de su campaña. En los mensajes se ve a la candidata adoptar un tono distinto en público y en privado en materia de comercio y sobre los bancos de Wall Street. Clinton cambió rápidamente el tema de conversación al posible papel de Rusia en el robo de los correos.
En un reflejo de las amplias diferencias entre los dos candidatos, no se estrecharon la mano al comienzo ni al final del debate.