Jupiter, EUA, 6 de octubre, 2016 (Reuters). El huracán Matthew, la tormenta más poderosa que ha golpeado el Caribe en casi una década, avanzaba el jueves hacia el sureste de Estados Unidos, luego de dejar al menos 69 muertos, en su mayoría en Haití, en su camino hacia el norte.
Mientras Matthew azotaba el noroeste de Bahamas, el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos predijo que su fuerza podría pasar de categoría 3 a 4 en la escala Saffir-Simpson en su curso hacia la costa atlántica de Florida. La tormenta podría descargar directamente sobre el estado o avanzar a lo largo de la costa en la noche del jueves.
Unas 65 personas perdieron la vida en Haití y miles más tuvieron que desplazarse después de que el huracán destrozó casas e inundó barrios a principios de semana.
El CNH amplió su área de alerta hasta el estado de Georgia, al norte de Florida, y más de 12 millones de residentes de Estados Unidos estaban bajo vigilancia por el huracán, de acuerdo a Weather Channel.
Las carreteras de Florida, Georgia y Carolina del Norte y del Sur estaban congestionadas y los suministros escaseaban en las estaciones de servicio y tiendas de alimentos antes de la llegada del huracán, que trae acompañado un fuerte aumento del nivel del mar, fuertes lluvias y vientos sostenidos que se aceleraron por la noche hasta unos 205 kilómetros por hora.
Matthew se encontraba a 346 kilómetros al sureste de West Palm Beach alrededor de las 1200 GMT.
El daño podría ser "catastrófico" si Matthew impacta directamente en Florida, advirtió el gobernador Rick Scott, que instó a unas 1,5 millones de personas del estado a estar atentos a las órdenes de evacuación.
"Si usted es reacio a evacuar, sólo piense en todas las personas que han perdido la vida", dijo Scott en una conferencia de prensa el jueves. "El tiempo se acaba. Está claro que o tiene un impacto directo o va a subir por la costa y vamos a tener vientos con fuerza huracanada".
"No hagan surf", señaló Scott. "No vayan a la playa. Eso les matará". En Florida se esperaban una subida del nivel del mar de hasta 2,7 metros.
Los cuatro estados en la trayectoria del huracán declararon el estado de emergencia, lo que permitirá a sus gobernadores movilizar a la Guardia Nacional. El CNH dijo que aún es demasiado pronto para predecir en qué lugar de Estados Unidos podría tener un mayor impacto Matthew.
En los cuatro estados hay equipos federales de respuesta a las emergencias coordinando los esfuerzos con funcionarios y reuniendo suministros, dijo el presidente estadounidense, Barack Obama.
Las escuelas y los aeropuertos de la región estaban cerrados el jueves y algunos hospitales evacuaron a sus pacientes, informaron medios locales, mientras que cientos de vuelos fueron cancelados desde y hacia Miami, Fort Lauderdale y Orlando, en Florida, dijo el sitio web Flightaware.com el jueves temprano.
Matthew se dirigía al noroeste a unos 19 kilómetros por hora y se espera que siga en esta dirección el jueves. Durante la noche, la tormenta viraría hacia el norte-noroeste, según el CNH, que esperaba que el ojo o centro del huracán pase durante la jornada cerca de la islas de Andros y Nueva Providencia, en el noroeste de Bahamas.
En Nassau, la capital de Bahamas -situada en Nueva Providencia-, llovía constantemente el jueves por la mañana, aunque se reportaban daños menores en las casas y no había informes de inundaciones o de lesionados.
Devastación en Haití
Matthew —el huracán más fuerte que sufre el Caribe desde que Felix golpeó Centroamérica en 2007— azotó el martes y miércoles Cuba y Haití con vientos de 225 kilómetros por hora y lluvias torrenciales, dañando pueblos, cultivos y viviendas. La devastación en Haití obligó a posponer la elección presidencial.
En Florida, las estaciones de servicio indicaban que no tenían gasolina ante largas filas de vehículos y la gente se abastecía de agua, leche y productos enlatados, vaciando las tiendas de comestibles, según imágenes de medios locales.
Los residentes y propietarios de negocios, por su parte, tapiaron las ventanas con madera y persianas, además de colocar sacos de arena para protegerse de las inundaciones.