Bashiaq, Irak (Reuters). Fuerzas iraquíes peshmerga kurdas atacaron el lunes una ciudad bajo control de Estado Islámico al noreste de Mosul en un intento por expulsar de la zona a un grupo de militantes, mientras que tropas iraquíes libraban una guerra urbana contra yihadistas en los barrios orientales de Mosul.
Mientras la campaña contra el bastión de Estado Islámico entró en su cuarta semana, combatientes al otro lado de la frontera lanzaron una ofensiva en la mitad siria del autodeclarado califato del grupo yihadista y tenían como objetivo la base de los militantes en la ciudad de Raqqa.
El asalto en Raqqa, en poder de Estado Islámico por casi tres años, será liderado por grupos armados respaldados por Estados Unidos y ataques aéreos.
En Bashiqa, a los 15 kilómetros de Mosul, los primeros contingentes de una fuerza de 2.000 guerreros peshmerga entraron a la ciudad a pie y en vehículos blindados.
Previamente, la ciudad emplazada en la planicie de Nínive al pie de una montaña fue atacada con fuego de artillería.
"Nuestro objetivo es tomar el control y sacar a todos los militantes de Daesh (Estado Islámico)", dijo a Reuters el teniente coronel Safeen Rasoul. "Nuestra estimación es que aún hay unos 100 (yihadistas) y 10 coches bomba", agregó.
En distritos del este de Mosul, adonde entraron fuerzas especiales iraquíes la semana pasada, oficiales dijeron que los militantes se mezclaron con la población y que realizaban emboscadas y aislaban a tropas en lo que el portavoz de las fuerzas especiales calificó como "la guerra urbana más difícil" del mundo.