Francia conmemora el primer aniversario de los atentados de París, con el trauma aún a cuestas. Pero también con signos de esperanza: la sala Bataclan reabre sus puertas con un concierto de Sting.
Este domingo, al cumplirse un año de los más mortíferos atentados de la historia reciente francesa, viejas heridas vuelven a doler más, como el recuerdo de las 130 víctimas fatales. Otras 400 personas resultaron heridas esa noche del 13 de noviembre de 2015. Cerca de dos docenas de ellas aún permanecen hospitalizadas. Cientos de personas reciben asistencia psicológica.
Decenas de miles de soldados, policías y gendarmes aún están desplegados a lo largo y ancho del país. Grupos defensores de los derechos civiles advierten contra la erosión de las libertades y contra la estigmatización de la comunidad musulmana.
El trauma permanece
Igualmente inquietante es la sensación de que los atentados de hace un año no quedaron en el pasado, sino que abrieron una temible nueva página en la historia del país. Una sensación que se reforzó con el ataque de julio en Niza, que dejó 86 muertos. Muchos temen que haya más.
"Es un trauma nacional porque hemos tenido varios ataques terroristas en diferentes situaciones”, dice Dominique Szepielak, psicóloga de la Asociación Francesa de Víctimas del Terrorismo, que ha tratado a varios sobrevivientes del 13 de noviembre.
Sting solidariza
Aparentemente la ciudad ha retornado a la normalidad. Este sábado, la sala Bataclan reabre con un concierto de Sting. El cantante donará sus honorarios a iniciativas de apoyo a las víctimas. Las entradas se agotaron en cosa de minutos. Otros cafés y restaurantes que fueron atacados por los terroristas también han regresado a sus negocios habituales.
"El pasado está siempre con nosotros, pero todos necesitamos seguir adelante con nuestras vidas”, dice Audrey Bily, gerente del café Bonne Biere, donde fueron asesinadas a balazos cinco personas. Este establecimiento fue el primero en reabrir tras los atentados. Ningún miembro de su personal resultó herido. Pero todos están traumatizados. "El equipo es muy unido y eso es realmente importante. Cada uno ayuda al otro a seguir adelante y reconstruir su vida”, cuenta Bily.
Superar la división
Domenach, uno de los sobrevivientes del Bataclan y vicepresidente de la agrupación "13 de noviembre, hermandad y verdad”, siente este aniversario como un nuevo golpe. Está preocupado también por la creciente intolerancia en el país. "Como asociación, estamos luchando por la solidaridad y la fraternidad, pero tenemos a impresión de que actualmente esos valores están siendo dejados de lado”, señala.
Muchos esperan que este domingo las divisiones se dejen de lado en los actos que tendrán lugar en París, en recuerdo de las víctimas del 13 de noviembre. DW.COM | 12.11.2016