SEÚL (Reuters) - La presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, pidió el martes al Parlamento que decida cómo puede entregar el poder tras un escándalo de tráfico de influencias, lo que llevó a la crisis política por la que atraviesa el país a territorios desconocidos.
El Partido Democrático, la principal facción de la oposición, rechazó la oferta de Park, que calificó de un ardid para evitar ser impugnada, y dijo que seguirá buscando una moción de desconfianza en el Parlamento.
Ningún presidente surcoreano ha fallado jamás en completar un mandato de cinco años desde la introducción del actual sistema democrático en 1987.
"Dejaré al Parlamento todo sobre mi futuro, incluyendo la reducción de mi mandato", comentó Park en breves declaraciones por televisión.
Su dramática maniobra deja el peso de resolver la crisis - que involucra a una amiga cercana acusada de intromisión en asuntos estatales- al Parlamento, controlado por una coalición de oposición desde que el Partido Saenuri de Park perdió inesperadamente su mayoría en las elecciones de abril.
El despacho presidencial y el abogado de Park han negado las acusaciones en su contra. Ella cuenta con inmunidad para ser juzgada por el tiempo que continúe al mando del país.
Si Park, de 64 años, renuncia o una votación de impugnación en el Parlamento es aprobada por la Corte Constitucional, deben realizarse elecciones en 60 días para nominar a un presidenta por un mandato de cinco años. El primer ministro asume la dirección del país en forma interina.
"Le está pasando la pelota al Parlamento cuando podría simplemente renunciar", dijo a Reuters Park Kwang-on, un legislador del Partido Democrático, quien opinó que la presidenta sólo busca estancar el proceso.