Berlín, 27 de diciembre, 2016 (Reuters). Los políticos de la coalición gobernante de Alemania, en respuesta al atentado de la semana pasada en Berlín, pidieron dar más poder al Estado para deportar a demandantes de asilo potencialmente peligrosos que no hayan sido aceptados en el país.
Tras el atentado contra un mercado navideño en el que murieron 12 personas, la canciller Angela Merkel, quien según los críticos ha puesto a Alemania en peligro con su política migratoria de puestas abiertas, prometió introducir nuevas normas en caso de ser necesario.
El supuesto agresor, el tunecino de 24 años Anis Amri, era un demandante de asilo que había evitado la deportación tras ser rechazada su solicitud. Amri murió por los disparos de la policía italiana el viernes.
Los aliados conservadores de Merkel en el estado de Baviera, el CSU, pidieron más poderes para la policía y las agencias de inteligencia y una mejora en el intercambio de datos entre ellos.
"Necesitamos nuevas bases para arrestar a personas peligrosas", dijeron en un documento visto por Reuters y titulado "Seguridad para nuestra libertad", el cual abordarán en una reunión de partido a principios del próximo mes.
Los sondeos, en tanto, muestran que la férrea oposición alemana a la vigilancia estatal, legado del amplio seguimiento en la Alemania comunista y en el nazismo, puede estar disminuyendo.
El número dos del partido socialdemócrata SPD, socio minoritario en la coalición de gobierno de Merkel y que tradicionalmente es más reacio a aumentar la seguridad, también pidió la detención antes de la deportación para algunos demandantes a los que no se haya dado el asilo.
"Debemos asegurarnos de que las personas peligrosas no tengan la posibilidad de desaparecer", dijo Ralf Stegner a Die Welt. "Cualquiera que ponga en riesgo la seguridad no puede tener la posibilidad de estar en paradero desconocido".