Washington, 10 de enero, 2017 (AP). La comunidad legal ofrece visiones dispares sobre si la decisión del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de contratar a su yerno como asesor destacado incumple una ley federal de hace 50 años.
El equipo de transición afirmó que no hay impedimentos legales para que Jared Kushner trabaje en la Casa Blanca, porque la ley antinepotismo aprobada en 1967 no se aplica al equipo del presidente.
El magnate de los bienes raíces se atiene a una interpretación de la ley en sí, respaldada por una decisión judicial de 1933, así como a una cláusula separada de ley federal de 1978 que permite al presidente nombrar al personal de la Casa Blanca "sin importar cualquier otra cláusula de ley" relacionada con el empleo.
Sin embargo, varios profesores de derecho y ética entrevistados el lunes por The Associated Press no se mostraron tan seguros.
Un "turbio escenario legal" fue la descripción que dio Norman Eisen, que sirvió como abogado de ética de gobierno para el presidente Barack Obama.
Kathleen Clark, profesora de derecho en la Universidad de Washington en St. Louis, indicó que su análisis sobre el estatuto contra el nepotismo que firmó el presidente Lyndon Johnson es que sí se aplica a la Casa Blanca.
"El Congreso no introdujo en su ley una excepción para la Casa Blanca. Es bastante amplia en su alcance. Afecta a la rama ejecutiva, la rama legislativa, la rama judicial, el gobierno en D.C.", dijo Clark.
Gerard Magliocca, profesor de la Facultad de Derecho McKinney de la Universidad de Indiana, dijo dudar que la ley pueda aplicarse a miembros del equipo presidencial sin plantear problemas constitucionales. "Resulta difícil ver por qué el Congreso tiene la autoridad de limitar a los miembros del equipo presidencial", comentó.
El abogado de Kushner, Jamie Gorelick, que ocupó un puesto destacado en el Departamento de Justicia durante el gobierno de Clinton, citó una opinión de 1993 sobre un caso relacionado con la labor de Hillary Clinton en la ley sanitaria de su esposo.
Ese caso no afectaba directamente a la ley contra el nepotismo, pero el juez Laurence Silberman, nombrado por el presidente Ronald Reagan, escribió entonces que probablemente la ley no afecte al personal de la Casa Blanca.
Otro juez nombrado por Reagan, James Buckley, se mostró de acuerdo con el resultado de ese caso pero no se unió a la opinión de Silberman, debido en parte a que consideró que el argumento de Silberman sobre la ley antinepotismo era "débil".