Washington/La Habana, 13 de enero, 2017 (Reuters). El Gobierno del presidente Barack Obama puso fin el jueves a una política que garantizaba la residencia a los cubanos que llegaran a Estados Unidos sin visa y al estatus especial para los profesionales médicos de la isla.
El levantamiento de la política, conocida como "pies secos, pies mojados", tiene efecto inmediato, dijo el Departamento de Estado en un comunicado.
"Al dar este paso, estamos tratando a los migrantes cubanos de la misma manera que tratamos a los migrantes de otros países", explicó por su parte la Casa Blanca.
"De inmediato, los cubanos que intenten ingresar a Estados Unidos ilegalmente y no califiquen para ayuda humanitaria, estarán sujetos a remoción, de acuerdo con la ley de Estados Unidos", agregó. El Gobierno cubano permitirá que quienes sean rechazados por Estados Unidos vuelvan al país, destacó.
La decisión fue tomada abruptamente para evitar que una advertencia previa hubiese motivado a miles de cubanos a lanzarse al mar para llegar a Estados Unidos antes del fin de la normativa. "Si no se hiciera, estaríamos arriesgando vidas", sostuvo un asesor legislativo.
Según cifras oficiales, unos 40,000 cubanos llegaron a Estados Unidos en 2015 y otros 54,000 en el 2016, arriesgando sus vidas en el trayecto de 145 kilómetros desde la isla caribeña a las costas de Florida.
El Gobierno cubano, por su parte, dijo que las negociaciones para levantar los privilegios duraron un año.
Posteriormente, la directora del Departamento de Estados Unidos de la cancillería cubana, Josefina Vidal, dijo que habría que preguntar al gobierno del presidente electo Donald Trump si mantendrá el acuerdo migratorio bilateral.
"Nosotros vemos que con lo que se corrige mediante esta declaración se da un paso importante que responde al interés nacional de Cuba, pero también al interés nacional de Estados Unidos", señaló Vidal en conferencia de prensa.
"Seguiremos trabajando con los futuros gobiernos de Estados Unidos en función de avanzar hacia la normalización de las relaciones", agregó.
La televisión estatal cubana interrumpió en la tarde del jueves su programación habitual y leyó un comunicado conjunto que sostiene que las autoridades de ambos países "se reunirán de forma periódica para asegurarse de que la cooperación en virtud de los acuerdos migratorios se lleve a cabo de conformidad con sus respectivas leyes y obligaciones internacionales".
Obama ha trabajado para normalizar las relaciones con Cuba desde que en diciembre de 2014 anunció junto a su par Raúl Castro la distensión de los lazos diplomáticos.
La decisión se da ocho días antes de que Obama entregue la presidencia al republicano Trump, quien durante la campaña dijo que Washington debería recibir más de La Habana a cambio de la mejora en las relaciones.
"Por una parte (la medida) es buena. Los cubanos estamos más seguros de que no podemos irnos por esa vía (mar o tierra) y no habría tantas pérdidas de vidas humanas ni tanta pérdida de sangre en el mar", dijo a Reuters Leobis Duquesne, un músico de 32 años, en una céntrica calle de La Habana.
Desde que en 1994 Washington implementó esta política, los cubanos que llegan a suelo estadounidense por tierra pueden legalizar su situación, mientras que los que son atrapados en el mar sufren la deportación.
Pero con la mejora de las relaciones, la migración cubana a Estados Unidos aumentó ya que los isleños anticipaban un posible fin al trato preferencial.
El Gobierno cubano ha sostenido por décadas que esa política busca llevar intencionalmente a sus ciudadanos hacia Estados Unidos en un viaje muy peligroso.
"Esa medida no debería haber existido nunca, sencillamente porque es una ley criminal que atentaba contra los jóvenes sobre todo", señaló por su parte Jorge Bernal, de 63 años.