WASHINGTON (AP) — El presidente Donald Trump está ansioso por reunirse con su colega ruso Vladimir Putin en la cumbre del G20 que tendrá lugar en Alemania el mes entrante, pero algunos asesores estadounidenses sostienen que no están dadas las circunstancias, ante las denuncias de que Rusia trató de interferir en las elecciones.
Muchos funcionarios opinan que en estos momentos lo mejor es mantener cierta distancia con Rusia, e interactuar con ella solo con extrema cautela.
Sin embargo, Trump y algunos asesores han estado presionando para que se realice una reunión bilateral completa. Quieren que se invite a la prensa y que se cumplan todos los protocolos asociados con ese tipo de reuniones, mientras funcionarios del Departamento de Estado y del Consejo de Seguridad Nacional recomiendan cautela, dijeron fuentes allegadas que pidieron no ser identificadas.
Algunos asesores han recomendado que Trump acepte reunirse con Putin solo fugazmente al margen del encuentro multilateral o que haya una reunión de delegaciones sobre “estabilidad estratégica” que no involucren a los presidentes.
El debate subraya las divergencias que existen dentro del gobierno en torno a la política hacia Rusia en general y en torno a la premura de Trump por entablar una relación con Putin a pesar de las continuas investigaciones.
Cuando se le preguntó sobre el informe de The Associated Press de que Trump está deseoso de realizar un encuentro bilateral completo, el portavoz de Putin, Dmitry Peskov, dijo a reporteros el lunes que “el aspecto protocolar del asunto es algo secundario”.
Los dos líderes asistirán al mismo evento, en el mismo lugar y al mismo tiempo, dijo Peskov, así que “en cualquier caso tendrán la oportunidad de reunirse”. Peskov añadió, sin embargo, que no se han logrado avances en la organización del encuentro.
Reunirse con Putin tendría sus beneficios. Una reunión cara a cara serviría para humanizar a la otra parte y podría disipar las incógnitas e incomunicaciones asociadas con la comunicación telefónica, que es menos cercana.
Trump ha sugerido repetidamente que él puede mejorar las relaciones con Rusia, malogradas bajo la presidencia anterior, especialmente en lo que concierne a temas como el conflicto en Siria, por ejemplo.
Sin embargo, también hay riesgos graves. Trump suele improvisar cuando habla e ignorar las normas diplomáticas, lo que crea el riesgo de un error serio. En un breve encuentro con diplomáticos rusos el mes pasado en la Oficina Oval, Trump reveló información secreta, proveniente del servicio secreto israelí, sobre las amenazas a las aerolíneas presentadas por el grupo Estado Islámico, según una fuente oficial. La Casa Blanca defendió esa divulgación como “totalmente apropiada”.
Por otra parte, algunos observadores sostienen que Putin no es de confiar.
Oleg Kalugin, un exgeneral que trabajó para la KGB, dijo que Putin _un político astuto y experimentado_ tiene “otras prioridades” mejores que la de hablar sobre las denuncias de que Rusia interfirió en las elecciones estadounidenses. Citó como ejemplo la eliminación de sanciones occidentales, el aumento de los precios del petróleo y las elecciones en Rusia del año entrante. EFE