viernes, 6 de marzo de 2020

Elecciones EEUU 2020: Warren, la candidata cargada de planes que se quedó a la sombra de Sanders

Washington, 6 mar (EFE).- Elizabeth Warren tenía "un plan para todo". Cargada de ambiciosas propuestas para reducir la desigualdad en EEUU, la senadora elevó el nivel del debate en las primarias y cortó las alas a la campaña de Mike Bloomberg, pero se quedó a la sombra de la revolución izquierdista del senador Bernie Sanders.


Lastrada por su decepcionante actuación en el supermartes y sometida a una fuerte presión del partido para dejar vía libre a la que ya es una pugna entre dos precandidatos demócratas, Warren puso fin este jueves a su campaña, la única liderada por una mujer que en algún punto tuvo posibilidades de ganar.


"Nuestra lucha continúa, y los grandes sueños nunca mueren", dijo Warren en una conversación telefónica con sus asesores.

SUEÑOS Y PLANES

"Soñar en grande y luchar fuerte": es uno de los lemas de Warren, de 70 años, cuya campaña inspiró a muchos progresistas que buscaban algo más que un grito de guerra contra el poder establecido.

Pero Warren no logró diversificar su base de votantes, en su mayoría blancos con educación universitaria que poblaban las ya famosas filas para hacerse un selfi con ella, y tuvo que aceptar que no hay espacio para un "tercer carril" entre Joe Biden y Sanders en la carrera demócrata, según admitió este jueves ante la prensa.

"Tengo un plan para eso", fue otro eslogan de la campaña de Warren, cuyos meticulosos proyectos buscaban conseguir "cambios estructurales" y combatir la corrupción en Estados Unidos.

La propuesta estrella de Warren era un impuesto a la riqueza del 0,1 % de estadounidenses más adinerados del país: una tasa anual al 2 % de la fortuna neta de entre 50 y 1.000 millones de dólares; y al 6 % de quienes superaran esa última cifra.

Warren calculaba que los ingresos de ese impuesto le permitirían financiar un programa de cuidados infantiles gratuitos, otro de educación superior pública gratuita y cancelar la deuda al 95 % de los estudiantes endeudados del país, y aún le "sobraría casi un billón".

DE PROFESORA A POLÍTICA

El nombre de Warren empezó a sonar en el ala progresista del Partido Demócrata a partir de 2007, cuando era profesora en la Universidad de Harvard y propuso la creación de la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB, en inglés).

Como experta en leyes de bancarrota, Warren estudiaba por qué se arruinaban las familias y vio señales de peligro en las hipotecas de alto riesgo mucho antes de que estallara la crisis de 2008.

Su papel de "madre" de la CFPB es el logro del que Warren siente más orgullo y fue el motor de su salto de la academia a la política en 2012, cuando fue elegida al Senado por Massachusetts.

La mayoría republicana en el Senado la consideraba demasiado izquierdista en 2011, cuando la oposición conservadora convenció al entonces presidente, Barack Obama, de no nominarla para dirigir la CFPB, y siguió haciéndolo cuando llegó a la Cámara alta.

"SIN EMBARGO, ELLA PERSISTIÓ"

De esa animadversión nació una de sus mejores bazas políticas: en 2017, cuando Warren intentaba leer una carta en el pleno del Senado, el líder de la mayoría republicana en ese hemiciclo, Mitch McConnell, la amonestó por violar supuestamente las reglas.

"Se lo advertimos. Sin embargo, ella persistió", sentenció entonces McConnell.

Esa frase se convirtió en todo un lema feminista, reproducido en manifestaciones, pósteres y hasta tatuajes en todo el mundo.

Tras la derrota en 2016 de Hillary Clinton, la primera candidata presidencial en la historia de EEUU, millones de mujeres vieron en Warren una segunda oportunidad para romper el techo de cristal.

"Me presento a la presidencia porque eso es lo que hacen las chicas", solía decir Warren a las niñas en sus mítines, y este jueves reconoció que le apenaba pensar "en todas esas niñas que van a tener que esperar cuatro años más".

Warren no temió usar el género como bandera y eso le ayudó a dar el tiro de gracia a la campaña de Bloomberg: durante un debate en febrero, deterioró la imagen del magnate al presionarle para que liberara de los pactos de confidencialidad a algunas exempleadas que le acusan de gestos machistas.

ROCES CON SANDERS

No obstante, ese enfoque también dio lugar a uno de los momentos más polémicos de su campaña, cuando acusó a Sanders de haberle dicho en 2018 que él no creía que una mujer pudiera ganar a Trump.

Sanders lo negó rotundamente y Warren insistió en el tema en uno de los debates, en un momento que ilustró la creciente división entre las dos campañas del ala progresista del partido.

Otros nunca perdonaron a Warren que en 2018 se sometiera a una prueba de ADN para confirmar sus raíces indígenas. Aunque se confirmó que tiene una mínima traza de herencia nativoamericana, su gesto ofendió a la Nación Cherokee y envalentonó a Trump, que se refiere siempre a ella despectivamente como "Pocahontas".

Warren también recibió críticas en la izquierda por haber pasado de respaldar originalmente el plan de Sanders de sanidad pública universal a sugerir un proyecto más gradual para llegar a ese mismo objetivo, algo que la perjudicó respecto al senador, quien ganó tiempo y no detalló hasta febrero cómo financiaría esa propuesta.

Nacida como Elizabeth Herring en una familia de clase media en Oklahoma en 1949, Warren conservó el apellido de su primer marido, con quien tuvo dos hijos antes de divorciarse y casarse con su esposo actual, Bruce.

La senadora fue republicana hasta 1996, cuando su estudio de las dificultades económicas de la clase media la convenció a registrarse como demócrata, y a menudo utilizaba ese hecho y sus raíces sureñas para argumentar que podría arañarle votantes a Trump.

"Si solo se quedan con una cosa de esta campaña, que sea esta: elijan luchar solo en peleas moralmente justificables, porque cuando las cosas se pongan duras, sabrán que solo hay una opción: sin embargo, deben persistir", subrayó Warren este jueves. EFE