Bruselas, 9 oct (EFE).- La Unión Europea (UE) y el Reino Unido iniciaron hoy una nueva ronda negociadora sobre el "brexit" sin atisbo de avances, dada las distintas prioridades y calendarios que parecen manejar ambas partes.
La quinta ronda de contactos comenzó hoy sin la presencia del negociador jefe del lado británico, David Davies, que se encontraba en Londres, donde la primera ministra, la conservadora Theresa May, se dirigió al parlamento con un discurso que dejó clara la brecha de intereses en ambos lados del canal de La Mancha.
Aunque Bruselas quiere aclarar sus líneas rojas sobre el divorcio antes de hablar de las relaciones futuras, Downing Street opta por destacar ante los británicos las virtudes de un futura relación ventajosa con el bloque comunitario y no el coste de la salida.
En ese contexto, May defendió hoy que la relación económica del Reino Unido con la UE tras el "brexit" debe ser "única y ambiciosa" y no basarse en modelos de cooperación ya existentes entre el bloque común y otros países.
En una intervención en la Cámara de los Comunes, May rechazó adherirse al Espacio Económico Europeo (EEE) porque a su juicio "eso significaría adoptar automáticamente y en su integridad las nuevas leyes europeas", así como un acuerdo de libre comercio con Bruselas similar al alcanzado por el bloque europeo con Canadá.
"En lugar de eso, propongo una relación única y ambiciosa", señaló la jefa de Gobierno, que insistió en que será necesario un periodo de transición de "unos dos años" tras la ruptura de lazos con la UE para que ese futuro acuerdo entre en vigor.
Por contra, la Unión Europea quiere aclarar primero el futuro de los ciudadanos, la factura del divorcio y la situación de la frontera en Irlanda del Norte, antes de pasar a negociar el periodo de transición y la asociación final que regirá las relaciones entre el Reino Unido y los Veintisiete.
Más allá de asuntos en la agenda y de tiempos para abordarlos, Londres y Bruselas también discrepan sobre a quién le toca dar ahora el siguiente paso.
Para Londres, "la pelota está ahora en el terreno de la UE", una metáfora con la que Bruselas, que reclama avances a Londres en asuntos como los derechos de los ciudadanos, no está muy de acuerdo.
"No estoy convencido sobre si esto es un partido de tenis", afirmó hoy el portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, que señaló que "sobre lo que la CE no tiene dudas, es sobre la secuencia de la negociación".
Por otro lado, fuentes comunitarias no quisieron calificar el hecho que Davies no se encuentre desde hoy en Bruselas para dirigir esta última ronda negociadora, aunque sí destacaron la "total disponibilidad" de la UE.
"Nuestro equipo siempre está al pie del cañón. De lunes a domingo", señalaron las mismas fuentes, que dijeron que solo al final de la ronda, el viernes, "se podrá decir qué consecuencias tiene" que Davies no haya dirigido in situ las negociaciones.
La brecha de prioridades para ambos es un letargo en unas negociaciones que Bruselas esperaba tener más encaminadas de cara a la cumbre del 19 y el 20 de octubre en Bruselas, en la que estaba previsto que el "brexit" y la inmigración fueran clave.
May reiteró hoy su convencimiento que el pacto al que se llegue con Bruselas no estará listo para activarse en marzo de 2019, la fecha en que previsiblemente el Renio Unido quedará fuera de la UE de manera formal.
Sin embargo, desde Bruselas, que en marzo de 2019 estará a apenas dos meses de las elecciones europeas, apremian a cumplir el plazo establecido, so pena que el "brexit" sea el protagonista total de la campaña electoral en una UE con más euroescepticismo que el "made in UK".
En el último pleno de la Eurocámara, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, llamó en ese sentido a mirar al futuro de la UE a Veintisiete y no obcecarse con el "brexit". Bruselas y Londres