MADRID (Reuters) - El líder de Cataluña pidió el lunes una mediación internacional para resolver el enfrentamiento con el Gobierno de España, un día después de que cientos de personas resultaron heridas cuando la policía intentó evitar por la fuerza la celebración de un referendo independentista calificado como inconstitucional.
La mayor crisis constitucional de España en décadas ha avivado los temores sobre más disturbios e inestabilidad política prolongada en la región más rica del país, profundizando una división entre Madrid y Barcelona que además amenaza las perspectivas económicas.
La crisis podría agudizarse si el parlamento regional catalán utiliza la votación como un argumento para emitir una declaración unilateral de independencia, una medida estipulada por la ley regional sobre referendos en caso de que se confirme que la mayoría de catalanes votó por la separación de España.
“Esto no es un asunto doméstico. Que hace falta una mediación es evidente”, dijo Carles Puigdemont en una rueda de prensa el lunes. “No queremos una ruptura traumática (...) Nos queremos reentender con el Estado español sobre la voluntad expresada por la gente”, sostuvo.
Las imágenes de la policía utilizando bastones y balas de goma para detener el referendo conmocionaron a España, ya que elevaron las tensiones en torno a un tema que hasta ahora había sido enfrentado de forma pacífica, al tiempo que generó la condena de la comunidad internacional.
Autoridades dijeron que al menos 900 personas resultaron heridas.
A pesar de los llamados a mediación, Puigdemont, que de todas maneras impulsó el referendo en desafío de una orden judicial, dijo que la votación era válida y vinculante, por lo que el resultado debía ser concretado.
Sus comentarios abrieron la puerta a una posible declaración de independencia dentro de unos días, aunque ésta sería rechazada de inmediato por el Gobierno central de Madrid, que ha calificado el proceso como una farsa.
Con el 95 por ciento de las urnas contabilizadas, las autoridades catalanas dicen que el “sí” -a favor de la independencia- obtuvo un 90,1 por ciento de las preferencias, en base a una participación de 2,26 millones de personas de entre 5,34 millones de votantes registrados.
El resultado no fue una sorpresa, ya que se esperaba que quienes respaldan la continuidad de la unión con España ignoraran el referendo y se quedaran en casa. Sondeos de opinión indican que sólo el 40 por ciento de los catalanes está a favor de la independencia.
En otras partes de España, el movimiento independentista de Cataluña fue sumamente criticado y dio paso a manifestaciones durante el fin de semana en favor de la unidad en muchas ciudades, desde Zaragoza a Madrid.
Los comentarios de Puigdemont representan un desafío para el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, quien tiene la autoridad constitucional para remover a la administración regional y colocar a Cataluña bajo supervisión de Madrid hasta la realización de nuevas elecciones. RESUMEN