Pekín, 14 dic (EFE).- Los presidentes de China y Corea del Sur sellaron hoy su reconciliación, tras la crisis diplomática y comercial surgida por la instalación del escudo antimisiles estadounidense THAAD en suelo surcoreano, y confirmaron su compromiso para solucionar juntos "el problema de Corea del Norte".
En una reunión en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín, Xi Jinping y Moon Jae-in confirmaron la normalización de sus relaciones bilaterales y celebraron el nacimiento de "una nueva era" entre ambos países.
"Deseo que se consolide el comienzo de una nueva era en la relación entre los dos países, basada en la confianza y la amistad entre nosotros", afirmó Moon.
Tradicionalmente amigos, China y Corea del Sur entraron en una fase delicada este año cuando Estados Unidos decidió desplegar en suelo surcoreano su escudo antimisiles THAAD, lo que desató el enfado de China, que sostiene que los radares de ese sistema pueden también espiar sus bases militares.
En represalia a este movimiento, China, que exigió sin éxito la retirada del THAAD, puso en marcha un "boicot encubierto" contra Seúl, perjudicando a muchas empresas surcoreanas que operan en este país.
Por ejemplo, se redujeron drásticamente los viajes de grupos de turistas chinos a Corea del Sur y se vieron afectadas las operaciones en China de los fabricantes de automóviles Hyundai y Kia o la cadena de supermercados Lotte, que había cedido unos terrenos para la instalación del THAAD.
Xi solo hizo una alusión indirecta a este asunto, al señalar que los lazos bilaterales "han atravesado algunos obstáculos por la razón que todos sabemos", y afirmó que esta visita es "una importante oportunidad" para la mejora de la relación.
La reunión tuvo lugar en medio de la última escalada del desafío armamentístico de Pyongyang, sobre el que Moon dijo que "amenaza la paz y la seguridad, no sólo del noreste de Asia sino del mundo entero", aunque confió en poder encontrar una solución.
Por su parte, Xi advirtió que "la península de Corea está en una fase crítica" y afirmó que China seguirá trabajando con Corea del Sur para "mantener la estabilidad, prevenir guerras, promover las conversaciones y fortalecer la comunicación" en la región.
Moon subrayó que la parte surcoreana está "firmemente comprometida" en resolver el problema nuclear en Pyongyang a través de medios pacíficos y "está dispuesta a trabajar con China para salvaguardar conjuntamente la paz y la estabilidad".
Para China, primer socio comercial de Corea del Sur, la relación bilateral es "de gran importancia", dijo Xi, quien afirmó que ambos países "comparten la visión de cooperación" con el objetivo de "proteger la paz regional y fomentar el desarrollo conjunto".
El comercio entre ambos países totalizó el año pasado 211.400 millones de dólares (179.000 millones de euros).
Aparte de analizar la compleja situación de la península de Corea, ambos líderes conversaron sobre vías de cooperación económica. En este sentido, Xi invitó a Moon a participar en la iniciativa de las nuevas rutas de la seda, el proyecto de inversión en infraestructuras con el que quiere conectar Asia con África y Occidente.
A pesar del enfriamiento que han vivido sus relaciones bilaterales recientemente, Xi afirmó que ambos países han aprendido "cómo mejorar el futuro" de sus vínculos "sobre la base del respeto mutuo de los intereses fundamentales de cada uno".
Esta es la primera visita de Moon a China desde que llegó al cargo en mayo pasado, aunque ambos presidentes ya habían mantenido encuentros durante la última cumbre del G20 (en julio) y en la reunión de líderes de Asia-Pacífico (APEC, en noviembre).
Moon mantuvo el miércoles una reunión con varios cientos de ciudadanos surcoreanos residentes en China, a los que expresó su voluntad de mejorar las relaciones con el gigante asiático a pesar de las diferencias en cuestiones sobre seguridad y defensa, debido al desafío armamentístico norcoreano.
Además, asistió a un evento de promoción económica y comercial en Pekín, en el que participaron dos centenares de compañías surcoreanas.
El presidente Moon se desplazará mañana a Chongqing (centro) y regresará a su país el sábado.