París, 7 ene (EFE).- El presidente francés, Emmanuel Macron, iniciará mañana una visita de Estado a China en la que se firmarán contratos entre las dos partes y en la que espera hacer avanzar la idea de que Pekín debe ofrecer reciprocidad a una Unión Europea (UE) que abandona su ingenuidad en el terreno de la apertura comercial.
Macron, quien será el primer dirigente europeo que viaja a ese país asiático después de que el presidente chino, Xi Jinping, haya obtenido un nuevo mandato de cinco años al frente del Partido Comunista, comenzará la visita el lunes en la ciudad de Xian, que acoge los famosos guerreros de terracota en el mausoleo del emperador Qin Shi Huang.
Para las discusiones políticas y económicas -Macron va acompañado por una delegación empresarial- habrá que esperar al martes en Pekín, donde tendrá un encuentro con Xi y con el primer ministro chino, Li Keqiang.
Fuentes oficiales francesas señalaron como una de las prioridades del viaje "reequilibrar" las relaciones comerciales con China, pues Francia tiene un déficit con ese país de 30.000 millones de euros, el mayor de su comercio exterior.
La "reciprocidad" que postula el jefe del Estado francés se tiene que concretar en "el acceso al mercado chino" en condiciones de competencia más justas.
El pasado jueves, en su discurso de año nuevo al cuerpo diplomático en París, Macron consideró que uno de sus logros desde que llegó al cargo en mayo pasado es el comienzo de reforma de la política comercial europea -"el fin de la ingenuidad"- porque "ninguna potencia en el mundo tiene el mismo enfoque".
"Quiero una Europa ambiciosa en el terreno comercial, pero que proteja también a sus trabajadores, sus empresas, su justo interés y la reciprocidad", para lo cual, sin caer en el proteccionismo, debe recurrir a "instrumentos de defensa" frente al "dumping" como lo hacen "nuestros amigos estadounidenses, indios y chinos", dijo entonces.
En la agenda diplomática, Macron pretende garantizarse la cooperación de Pekín en los dispositivos internacionales que lidera en la lucha contra el terrorismo (podría financiar al respecto la fuerza G5 del Sahel, grupo integrado por Burkina Faso, Mali, Mauritania, Níger y Chad).
También quiere que contribuya a la estabilidad en la península coreana, ante la tensión por los ensayos nucleares y con misiles de Pyongyang.
Asimismo, confía en implicar a Pekín de forma más estructural en la acción contra el cambio climático, partiendo de que China se presenta como un alumno ejemplar en la aplicación del Acuerdo de París.
Durante la visita, se deberían concluir contratos en el terreno de la aeronáutica (en particular con Airbus y Safran), en energía nuclear civil (para la construcción de una planta de residuos radiactivos) y también en el sector agroalimentario.
París espera que en unos meses se abra el mercado chino a su carne de vacuno, que se faciliten los registros de los vinos y licores franceses (suponen el 50 % de las exportaciones agroalimentarias) y que se levante el embargo sobre la carne de pollo. EFE Economía