sábado, 5 de mayo de 2018

El acuerdo nuclear, un reto para Rouhani ante el asedio del ala dura iraní

ANKARA, 5 mayo (Reuters) - El ala dura del poder en Irán se prepara para llamar al orden al presidente Hassan Rouhani (Foto) si el mandatario estadounidense Donald Trump deja sin efecto el acuerdo nuclear de Teherán con las grandes potencias mundiales, consideran funcionarios de alto rango y analistas.

Trump ha amenazado con derogar el acuerdo de 2015 -al no entender unas exenciones a sanciones que vencen el 12 de mayo-, si Reino Unido, Francia y Alemania no “arreglan” antes sus “terribles defectos”.

Este escenario abre la puerta a un resurgimiento de las luchas internas dentro de la compleja estructura de poder de Irán, dijeron responsables iraníes.

La anulación del acuerdo podría inclinar la balanza del poder a favor de los intransigentes que buscan restringir la capacidad relativamente moderada de Rouhani para abrirse a Occidente.

Aunque que el centro de atención está en la eventual decisión de Trump, habrá muestras de unidad en Teherán, dijo un alto cargo iraní a Reuters, que habló bajo condición de anonimato.

“Pero cuando termine la crisis, los radicales tratarán de debilitar y marginar al presidente”, dijo la fuente.

El presidente tampoco puede esperar que se produzca un debilitamiento del sistema de gobierno clerical en Irán como resultado de la incertidumbre en torno al acuerdo nuclear, lo que significa que “Rouhani estará en una situación sin salida”, dijo un pariente el líder supremo ayatolá Ali Khamenei.

Para Rouhani hay mucho en juego. Si el acuerdo se viene abajo, su posición política podría resultar vulnerable por promover el acuerdo de 2015, que permitió levantar las sanciones no nucleares al país a cambio de que Teherán limitara su programa nuclear.

“También conducirá a una reacción contra los moderados y reformistas que respaldaron la política de distensión de Rouhani con Occidente... y fracasará cualquier esperanza de moderación en el país en el futuro cercano”, dijo el analista político Hamid Farahvashian.

Es un equilibrio delicado. El líder supremo sabe que los iraníes, muchos de los cuales tomaron las calles a principios de este año para protestar contra los altos precios de los alimentos, no pueden soportar presiones económicas sin fin.

DEBILITADO

Pero las élites iraníes no quieren demasiada apertura a Occidente, a pesar de los probables beneficios económicos. Un debilitado Rouhani, que no ha podido impulsar tales políticas, probablemente cumplirá su mandato, que termina en 2021, dijo otro alto cargo.

“Apartarlo sería una señal de debilidad para el sistema, dañaría su legitimidad en el extranjero”, dijo esta fuente. “Pero será culpado y presionado por el malestar económico”.

Khamenei apoyó con reservas a Rouhani cuando abrió la puerta a la diplomacia nuclear con las potencias mundiales para terminar con el aislamiento económico y político de Irán.

Pero la aversión del líder supremo a Estados Unidos sigue siendo ahora una barrera formidable para cualquier solución diplomática, por lo que la retirada de Trump dificultaría la posibilidad de que Rouhani busque mejores relaciones con Occidente.

“La política interna hará que para Rouhani sea difícil, si es que no imposible, perseguir la distensión con Occidente y hacer concesiones a cambio de ganancias económicas”, dijo otro alto funcionario del gobierno iraní.

Los firmantes europeos del acuerdo han tratado de convencer a Trump de que no lo abandone porque quieren mantener abiertas las vías comerciales con Irán.

A pesar de las amenazas de Trump, varios funcionarios iraníes dijeron que “mientras Teherán no haya sido excluido del sistema financiero y comercial global” podría considerar respetar el acuerdo.

GUARDIAS

Pero muchas empresas extranjeras dudan en invertir en Irán, preocupadas por las sanciones unilaterales de Estados Unidos impuestas por violaciones a los derechos humanos, el terrorismo y el papel dominante de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria en la economía de Irán.

Esa es otra área en la que está expuesto Rouhani, que ha buscado sin mucho éxito frenar las actividades económicas de la Guardia con el fin de atraer inversión extranjera.

Sin embargo, bajo el mando de Khamenei, la Guardia ha ignorado los intentos del gobierno de limitar su participación en la economía.

Si el acuerdo nuclear deja de tener validez, el poder de Rouhani para limitar esa participación disminuirá aún más, lo que impulsará a los radicales que quieren que se contengan los poderes del presidente.

A la Guardia le ha ido bien desde que se levantaron las sanciones relacionadas con el acuerdo nuclear, utilizando sociedades sin un vínculo obvio con la Guardia como vehículo para los inversores que regresan a Irán.

Si se restauran las sanciones como resultado del fin del acuerdo nuclear, la Guardia está bien situada para evadirlas.

“Teniendo en cuenta su amplia red de negocios y su influencia política y militar, la Guardia volverá al negocio de evadir las sanciones como lo hicieron durante años en el pasado”, dijo un diplomático occidental en Teherán.

La Guardia intervino cuando las compañías petroleras europeas abandonaron los proyectos energéticos después de que Estados Unidos y la Unión Europea impusieran sanciones en 2012.

“Sepah (la Guardia) es un activo para Irán. Protegen a Irán cuando sea necesario... Rescataron la economía cuando los enemigos querían aplastarnos con sanciones”, dijo un político del ala dura que se negó a ser identificado.

“Si los inversores europeos ceden a la presión de Estados Unidos y abandonan Irán, entonces Sepah asumirá el control”, dijo.

La preocupación sobre una posible acción militar israelí contra las instalaciones nucleares de Irán ha dado fuerza a la Guardia Revolucionaria, que se encarga de la seguridad en el país y en el extranjero.

Pero los expertos creen que incluso bajo el paraguas de una Guardia fortalecida, los radicales podrían dudar en aplicar políticas duras, por temor a una reactivación de las protestas antigubernamentales de enero, que mostraron que el sistema era vulnerable a una ira popular alimentada por las dificultades económicas. Reuters