Washington, 16 may (EFE).- El presidente estadounidense, Donald Trump, se mostró hoy prudente al comentar la reciente amenaza de Corea del Norte de cancelar la cumbre prevista para el 12 de junio con Kim Jong-un, en Singapur, aunque reiteró que insistirá en la desnuclearización de la península coreana.
"No hay ninguna decisión. No nos han notificado en absoluto, tendremos que ver. No hemos visto nada, no hemos oído nada. Veremos lo que ocurre", dijo Trump en declaraciones al respecto al recibir en la Casa Blanca a su homólogo uzbeco, Shavkat Mirziyóyev.
En una muestra de prudencia poco habitual, y ante las continuas preguntas de los periodistas, el mandatario estadounidense evitó comentar la posibilidad de la suspensión del encuentro.
Reiteró, no obstante, que no cambia sus planes de insistir en la desnuclearización de Corea del Norte en su reunión con Kim.
Este fin de semana se había dado un nuevo hito con el anuncio de Pyongyang de que está tomando "medidas técnicas" para desmantelar su centro de pruebas nucleares, que llevará a cabo entre el 23 y el 25 de mayo, algo que Trump agradeció como "un gesto muy inteligente y gentil".
Después de semanas de buenas palabras entre Washington y Pyongyang, que desembocaron en la definición de fecha y lugar para el histórico encuentro entre Trump y Kim, el acercamiento sufrió su primer revés serio este martes con la cancelación por parte de Corea del Norte de una reunión de alto nivel con Corea del Sur.
Corea del Norte justificó su decisión por los ejercicios militares que llevan a cabo Washington y Seúl, según la agencia oficial norcoreana KCN.
Asimismo, expresó su malestar por unas declaraciones del nuevo asesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, que en abril dijo en una entrevista con la cadena CBS News que la negociación con Corea del Norte podría basarse en "el modelo de Libia en 2003 y 2004".
"Si EE.UU. está tratando de arrinconarnos para forzar nuestro abandono nuclear de manera unilateral, ya no estaremos interesados en el diálogo y tan solo podemos reconsiderar nuestra predisposición de cara a la cumbre", indicó el vicecanciller norcoreano, Kim Kye-gwan, en una nota publicada por la agencia estatal KCNA.
A primera hora, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, restó importancia y se mostró "todavía esperanzada" de que la cumbre entre Kim y Trump se llevará a cabo, aunque reconoció que EE.UU. está preparado para "duras negociaciones".
"Es algo que esperábamos completamente", dijo Sanders en declaraciones a los periodistas al comentar la amenaza norcoreana.
Además, la portavoz apuntó que no está "al tanto de que (el de Libia) sea un modelo" que Washington esté usando para sus conversaciones con Corea del Norte, al referirse a las declaraciones de Bolton.
En 2003, Libia y EE.UU. firmaron un acuerdo por el cual el régimen libio -finalmente derrocado tras el alzamiento de los opositores y debido a los bombarderos aliados de 2011- eliminó su programa de armas de destrucción masiva y entregó su arsenal a cambio de incentivos económico.
Pese al anuncio norcoreano, EE.UU. continúa con los preparativos diplomáticos y el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, conversó hoy con el ministro de Relaciones Exteriores de Singapur, Vivian Balakrishnan, a quien agradeció su disposición para acoger la cumbre.
La cita entre Kim y Trump sería la primera entre los líderes de Estados Unidos y Corea del Norte tras casi 70 años de confrontación iniciada con la Guerra de Corea (1950-1953) y más de un cuarto de siglo de fallidas negociaciones.
De hecho, supone un enorme giro en las relaciones entre EE.UU. y Corea del Norte desde la llegada de Trump a la Casa Blanca en 2017, ya que durante su primer año como presidente las tensiones militares escalaron hasta el punto de que Trump amenazó con destruir Corea del Norte. Mundo