Washington, 18 nov (EFE).- La líder de los demócratas en la Cámara Baja de Estados Unidos, la veterana Nancy Pelosi, afronta oposición dentro de su propio partido para ser a partir de enero la presidenta de esta Cámara, un cargo que se elegirá el próximo jueves y por el que se han interesado varios representantes desde las elecciones.
"Algunos de los demócratas más moderados temen que Pelosi sea vista como demasiado liberal por sus electores, y quieren que el partido vaya más hacia el centro; los más progresistas piensan que ella no es suficientemente reformadora; y los más jóvenes creen que es parte de la vieja guardia", resumió hoy a Efe Laurel Harbridge-Yong, del Instituto de Investigación Política de la Universidad Northwestern.
Estos frentes abiertos suponen una amenaza para el liderazgo de Pelosi, aunque ella aseguró esta semana que tenía un apoyo "abrumador" entre sus correligionarios.
"Tengo la intención de ganar la presidencia (de la Cámara Baja) con los votos demócratas. Tengo un apoyo abrumador en mi caucus para ser la presidenta de la Cámara", aseveró Pelosi en una rueda de prensa en el Capitolio.
"A estas alturas, soy la mejor persona para este cargo", añadió.
Pelosi se convirtió en 2006 en la primera mujer en llegar a la presidencia de la Cámara Baja en la historia, pero en 2010 los demócratas perdieron la mayoría en favor de los republicanos, momento desde el cual ha sido la líder de la minoría.
Sin embargo, a lo largo de la campaña electoral para los comicios legislativos celebrados el pasado 6 de noviembre, una parte de su partido le ha pedido que deje espacio a otros legisladores para ponerse al frente de los progresistas en el Congreso.
Para Diana Evans, analista política de la Universidad de Trinity en Charlotte (Carolina del Norte, EEUU), gran parte de la culpa de la animadversión que ha suscitado Pelosi para volver a ser la presidenta de la Cámara Baja la tuvieron los republicanos.
"Los republicanos la demonizaron y los demócratas que se presentaron en distritos moderados sintieron la necesidad política de desvincularse de ella para convencer a los votantes de que no apoyarían a Pelosi como líder", explicó a Efe Evans.
Esta situación ha provocado que los medios de comunicación estadounidenses hayan especulado con varios nombres que buscarían ocupar la presidencia de esa cámara, en manos demócratas tras las pasadas elecciones legislativas.
Entre ellos figuran el de la representante Cheri Bustos, de Illinois y el Marcia Fudge, de Ohio, entre otros.
Fudge firmó esta semana una carta junto a otros 16 representantes demócratas en la que pedían a sus colegas que votasen no a la candidatura de Pelosi.
Precisamente, Pelosi y Fudge se reunieron este viernes en la oficina de la actual líder de los demócratas en la Cámara de Representantes para tratar de buscar puntos en común.
"Creo que el mayor problema del que hemos hablado ha sido la sensación dentro del caucus (negro) de que se sienten abandonados o no escuchados", argumentó tras el encuentro Fudge, que aún no se ha postulado oficialmente al cargo en disputa.
Pese a la aparente división en el Partido Demócrata, son numerosos los legisladores que han mostrado su respaldo a Pelosi, incluyendo Sylvia García, representante por Texas, o Karen Bass, por California.
Hasta el propio presidente estadounidense, el republicano Donald Trump, afirmó ayer que podría ayudar a Pelosi a conseguir los votos que necesita para presidir dicha cámara a partir del 3 de enero, fecha en la que se inaugura el nuevo Congreso.
"Puedo conseguir para Nancy Pelosi todos los votos que ella quiera para que se convierta en presidenta de la Cámara (de Representantes). Se merece esta victoria, se la ha ganado, pero hay algunos en su partido que están intentando apartarla. Ella ganará", escribió Trump en Twitter.
Sea como fuere, las expertas en política consultadas por Efe coincidieron en señalar que su experiencia en la recaudación de fondos y en el proceso legislativo hacen que Pelosi "sea la mejor opción demócrata para presidir la Cámara Baja". EFE USA