BRUSELAS (AP) — Estados Unidos no reducirá su presencia militar en Afganistán unilateralmente, dijo el jueves el máximo funcionario en el Pentágono, prometiendo que cualquier decisión al respecto será coordinada con los aliados estadounidenses.
“No habrá ninguna reducción de tropas unilateral”, dijo el secretario de defensa interino Pat Shanahan a reporteros tras reunirse con sus pares de los países de la alianza atlántica. “Ese fue uno de los mensajes: Será coordinado, estamos en esto juntos”.
Los ministros de defensa de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) discutían el jueves el futuro de las operaciones de la alianza en Afganistán y la mejor forma de emplear su presencia militar en la nación para respaldar el diálogo político que busca poner fin al conflicto.
Frustrado por la guerra más larga de Estados Unidos, el presidente Donald Trump, manifestó su intención de retirar al contingente estadounidense, lo que planteó dudas sobre la labor de formación de tropas locales que realiza la OTAN en el devastado país. En Afganistán hay alrededor de 14.000 soldados estadounidenses, la mayoría bajo el mando de la Alianza, el resto forma parte de operaciones antiterroristas y de combate.
Shanahan dejó en claro que si hay una reducción de la presencia militar estadounidense, ya sea en respuesta a negociaciones de paz con el Talibán o bajo otras circunstancias, Washington consultará primero con la OTAN.
“Lo que hablamos fue, cómo seguir respaldando a las fuerzas de defensa nacional y de seguridad de Afganistán para seguir ejerciendo presión sobre el Talibán”, dijo Shanahan.
Si las tropas estadounidenses abandonan la misión, aliados como Alemania no podrían cumplir con su labor ya que dependen del respaldo aéreo de Washington.
“No se ha tomado ninguna decisión sobre la retirada. Pero respaldamos firmemente los esfuerzos para alcanzar un acuerdo político y pacífico”, dijo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, antes de las conversaciones.
Los soldados de Estados Unidos y la OTAN desempeñan, fundamentalmente, una labor de formación y asesoramiento, pero cuando se les pide, asisten a las fuerzas afganas en batallas contra los talibanes, que perpetran atentados casi diarios contra policías y soldados locales. Más de 17 años después de su derrocamiento por parte de una coalición encabezada por Washington, los talibanes tienen bajo su control o influencia casi la mitad del país, y el conflicto está estancado.
El enviado de Estados Unidos para Afganistán, Zalmay Khalilzad, está manteniendo reuniones con los insurgentes y otras partes interesadas para intentar solucionar conflicto. En las últimas semanas, informó a los embajadores de la OTAN en tres ocasiones, incluyendo el jueves justo antes del inicio de la cumbre. AP