
Trump anunció a principios de mes que se saltaría la cena por tercer año consecutivo. Dijo a los periodistas que tenía mejores cosas que hacer que asistir a la “aburrida” y “negativa” cena anual. En cambio, encabezará un mitin de campaña en Green Bay, Wisconsin.
Muchos empleados de la Casa Blanca y otros funcionarios de esta administración habían planeado asistir a la cena como invitados de las organizaciones de noticias.
Tradicionalmente, los presidentes y las primeras damas han asistido al evento, donde se reúnen políticos, periodistas y celebridades, y del cual se recaudan fondos para becas universitarias. Durante la cena, también se entregan una serie de premios periodísticos.
El presidente de la asociación, Olivier Knox, dijo: “Esperamos una agradable velada para celebrar la Primera Enmienda y a los grandes periodistas del pasado, el presente y el futuro”.
La Primera Enmienda constitucional garantiza los derechos de libre expresión y de acción, considerados fundamentales para un gobierno democrático. Estos derechos incluyen la libertad de expresión, la libertad de prensa, la libertad de reunión y la libertad de religión.
Trump tiene una relación muy tensa con la prensa y con frecuencia critica a las organizaciones de noticias. Ha tildado de “noticias falsas” a aquellas historias que no le gustan.
El mandatario lanzó el martes una serie de tuits contra varias personalidades noticiosas y afirmó, sin dar pruebas, que en los “viejos tiempos”, los presidentes cuyos términos coincidían con buenas economías “eran básicamente inmunes a las críticas”. AP