Jerusalén, 3 mar (EFE).- Benjamín Netanyahu, aupado por su triunfo en los comicios y rozando la mayoría parlamentaria para formar Ejecutivo, trabaja con sus socios para buscar los apoyos necesarios con los que romper el bloqueo político y permanecer en el poder mientras afronta acusaciones de corrupción en su contra.
Tras escrutarse más del 92 % de los votos en Israel, su partido, el Likud, obtiene una clara victoria sobre la alianza centrista Azul y Blanco de Beny Gantz y confía en volver a gobernar.
La última actualización de resultados otorga al Likud 36 de los 120 escaños de la Knéset (Parlamento), pero que sumados a los de sus socios ultraderechistas y ultraortodoxos alcanzan los 59, tan solo dos por debajo de la mayoría necesaria para gobernar.
OPOSICIÓN REAFIRMA QUE NO PACTARÁ CON LIKUD
Tras una mañana en la que Netanyahu y sus aliados se mostraron confiados en poder obtener los apoyos necesarios con rapidez, el entusiasmo inicial se redujo a lo largo de la jornada, después de que los partidos opositores descartaran una vez más cualquier pacto con el bloque liderado por el actual mandatario.
Azul y Blanco reiteró su posición de no formar un Gobierno de unidad liderado por Netanyahu mientras pesen sobre él acusaciones por tres casos distintos de corrupción.
Además, antiguos colaboradores del primer ministro y ahora diputados electos de Azul y Blanco también rechazaron hoy la posibilidad de brindar su apoyo al Likud tras ser señalados por la prensa como posibles tránsfugas.
EL JUICIO A NETANYAHU, UN POSIBLE OBSTÁCULO
Mientras negocia los apoyos para revalidarse en el cargo, Netanyahu deberá además hacer frente al juicio por corrupción en su contra, que está previsto que comience en solo dos semanas y que podría resultar un obstáculo para la formación del Ejecutivo.
Esto se debe a que el Tribual Supremo, que a principios de año consideró "prematuro" pronunciarse sobre si un parlamentario acusado podía recibir el encargo de formar gabinete, podría ahora sí posicionarse respecto al tema tras una petición presentada hoy por el Movimiento para un Gobierno de Calidad.
POCAS CERTEZAS Y MUCHOS INTERROGANTES
Más allá de la decisión que pueda tomar la corte, el presidente, Reuvén Rivlin, comenzará el próximo 10 de marzo las consultas con los partidos que obtuvieron representación en la Knéset para valorar a qué candidato encarga la tarea de crear Ejecutivo.
Su plazo límite para tomar una decisión será el 17 de marzo, coincidiendo con el comienzo del juicio a Netanyahu.
De mantenerse los resultados actuales y tras la negativa explícita de recomendar a Gantz como primer ministro por parte de Balad, una de las formaciones que integran la Lista Unida árabe (15 escaños), Netanyahu parecería encaminarse a ser quien reciba el mandato presidencial.
Esto daría comienzo a un período de 28 días para establecer una coalición gubernamental, que podría extenderse a 42 si el presidente da su autorización.
Para el jefe de Gobierno, la permanencia en el cargo que ostenta desde hace más de 10 años es de particular importancia dado que, de no ser primer ministro, la imputación en su contra le impediría ocupar otro puesto ministerial y solo podría ejercer como diputado.
Los pasos a seguir, igualmente, dependerán de los resultados finales de los comicios, que aún no se han publicado, dado que falta aún terminar de contabilizar los votos emitidos por los soldados y las más de 4.000 personas que votaron en las urnas especialmente diseñadas para los israelíes que están en cuarentena para prevenir el contagio del coronavirus.