ST. LOUIS (Reuters) - Familiares y partidarios de Michael Brown recordaron el lunes al adolescente afroamericano asesinado por un agente de policía blanco en Ferguson (Missouri), en un servicio fúnebre lleno de música en el que abundaron los llamados a la paz y los pedidos de una reforma policial.
El cuerpo de Brown yacía en un ataúd dorado y negro en la Iglesia Bautista Misionera Friendly Temple. Sobre la tapa estaba colocada la gorra de béisbol de los Cardenales de St. Louis que usaba el joven cuando fue asesinado el 9 de agosto.
La moderna iglesia de ladrillos rojos estaba atestada de gente y muchas personas permanecieron fuera del edificio, en la calle Dr. Martin Luther King en St. Louis para la conmemoración, en una escena muy diferente a las violentas protestas que agitaron el suburbio de Ferguson después de que la policía abatió a tiros a Brown, de 18 años y quien estaba desarmado.
El asesinato de Brown ha concentrado la atención del mundo en la situación de las relaciones interraciales en Estados Unidos. Policías y manifestantes se enfrentaron en Ferguson durante las noches por más de una semana y las autoridades recibieron críticas por los arrestos masivos y el uso de tácticas agresivas y de equipamiento militar.
Animada música gospel interpretada por un coro y por trompetistas llenó el templo, mientras los dolientes aplaudían y bailaban en los pasillos. Las lecturas de la Biblia fueron recibidas con gritos de júbilo y vítores.
"Fue algo realmente espiritual", dijo Mike Montgomery, un empleado afroamericano de la ciudad que se tomó el día libre para asistir a la ceremonia.
Después, la procesión funeraria llevó el ataúd de Brown al Cementerio San Pedro, a pocos kilómetros de la casa del joven, donde fue cargado en un carruaje tirado por caballos.
El padre de Michael Brown lloró en la sepultura de su hijo y lanzó un grito antes de marcharse. Su madre llegó con un grupo separado, y se arrojó sobre el ataúd entre llantos.