LA PAZ (Reuters) - El presidente socialista Evo Morales logró una rotunda victoria en las elecciones del domingo en Bolivia, según sondeos a boca de urna, en busca de consolidar en un tercer mandato la bonanza que redujo la pobreza y extender el rol estatal en la economía.
Morales obtuvo un 61 por ciento de los votos frente a 24 por ciento de su rival Samuel Doria Medina, de acuerdo con un sondeo de TV Unitel. Otros dos estudios también le adjudicaron la victoria con más del 60 por ciento.
Si los resultados oficiales corroboran a los sondeos a boca de urna -que estuvieron en línea con las encuestas previas a los comicios- el ex sindicalista cocalero de 54 años se convertiría en el primero en gobernar por tres períodos consecutivos.
Y tendría un fuerte apoyo popular para seguir impulsando su "socialismo originario" que lo ha llevado a nacionalizar firmas en sectores clave como hidrocarburos, telecomunicaciones y minería y a construir carreteras, escuelas y lanzar ingentes planes de asistencia social para los más desfavorecidos.
"Yo (voté) por el presidente Morales. No quiero que volvamos al pasado con esos candidatos de derecha", dijo Flavia Núñez, una oficinista de 50 años.
Sus rivales han intentado opacar su carisma con promesas de mantener los logros de su Gobierno y combatir la corrupción, el clientelismo en la administración pública y al narcotráfico. Pero no lograron calar en el electorado de un país de unos 10 millones de habitantes que por décadas fue sacudido por la inestabilidad política.
Morales logró impulsar la economía a un promedio anual superior al 5 por ciento gracias en parte al auge del gas que exporta la nación andina. Junto a una disciplina fiscal, eso le permitió financiar obras de infraestructura y planes sociales que redujeron la pobreza en unos 15 puntos porcentuales.
Aunque con su discurso revolucionario llevó a Bolivia al club de países "antiimperialistas" que en la última década ha desafiado la influencia de Washington, se ganó al mismo tiempo los elogios de Wall Street por su manejo macroeconómico.
Morales, que asumió en el 2006 como el primer presidente indígena de Sudamérica, aún tiene muchos retos pendientes si se confirma su victoria para un nuevo mandato de cinco años, que ha prometido sería el último.
Los rivales de Morales lo acusan de usar el poder para controlar a la justicia y permitir la corrupción.
Además, el país sigue dependiendo demasiado de las exportaciones de gas, el combate contra el narcotráfico se hace cada vez más difícil en el tercer mayor productor mundial de cocaína y las protestas laborales -desde médicos a mineros- se multiplican en las calles.
Una victoria rotunda de del Movimiento Al Socialismo (MAS) de Morales ayudaría a revalidar también su absoluto dominio del poder legislativo favorecido por la fragmentación del voto para la oposición, que no ha logrado aliarse para desafiarlo.
"Votar es lo único que puedo hacer para salir de este Gobierno autoritario y eso es lo que he hecho", dijo Carlos Suárez, un ingeniero de 48 años en La Paz.