El exgobernador de Florida, que suena como candidato presidencial republicano, dijo que fue “una mala negociación porque no obtuvimos nada a cambio”.
El Consejo de Asuntos Globales de Chicago fue la plataforma escogida por el exgobernador de Florida, Jeb Bush, para lanzar sus críticas al acuerdo alcanzado por Estados Unidos con Cuba para restablecer las relaciones diplomáticas, cortadas durante más de 50 años. Este miércoles, el político y posible candidato a las primarias republicanas para las presidenciales estadounidenses dijo que todo fue una “mala negociación”.
Bush, hermano e hijo de expresidentes, criticó a la administración de Barack Obama por haber negociado el deshielo con la isla “en secreto, sin consultar con el Congreso y sin obtener nada a cambio”. El político cree que Washington debió haber esperado un poco más, pues consideró que la caída de los precios del petróleo hubiera llevado a los cubanos a la mesa de negociaciones en una posición más débil, ya que La Habana no hubiera contado con la ayuda económica de Caracas.
“Si Venezuela colapsa, lo primero que ocurriría sería que van a tener que dejar de respaldar el programa de Petrocaribe con el que han subsidiado de forma significativa al régimen cubano. Y los cubanos tendrían probablemente que retirar un número de fuerzas de seguridad que están en Venezuela para sostener el régimen”, dijo Bush, quien demostró el conocimiento de política internacional que ninguno de sus potenciales rivales republicanos ha puesto sobre la mesa hasta ahora.
“Yo soy yo”
El exgobernador de Florida, de optar por la carrera hacia la Casa Blanca, no podrá evitar que le comparen con su padre y su hermano, George H. W. Bush y George W. Bush. Pero aseguró que él seguirá su propio camino. “Yo soy yo”, dijo Jeb Bush, quien añadió que “cada presidente hereda un mundo cambiante” y destacó que él toma sus propias decisiones, tratando de disipar preocupaciones respecto de sus ideas sobre política exterior.
Bush también puso en duda que Obama pueda lograr un acuerdo nuclear con Irán y dijo que espera el discurso ante el Congreso del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, al que la Casa Blanca se opone. “Hemos perdido la confianza de nuestros amigos. Y ya no les inspiramos temor a nuestros enemigos”, sostuvo en su aparición, que aparentemente busca posicionarlo como una alternativa a Hillary Clinton, quien seguramente disputará la carrera por la presidencia por el lado de los demócratas.
DZC (dpa, EFE)