Santiago de Chile, 25 abr (EFE).- El volcán chileno Calbuco, que entró en erupción el miércoles pasado, sigue inestable y con riesgo de nuevas explosiones, mientras que en la zona afectada siguen los trabajos de limpieza de las cenizas y el Gobierno anunció ayudas económicas para los damnificados.
El cráter del volcán, situado en la región de Los Lagos, unos 1.000 kilómetros al sur de Santiago, sigue humeando y expulsando cenizas, una situación que, según el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), puede mantenerse durante varios días.
El organismo señaló este sábado en su cuenta de Twitter que el macizo, que llevaba 42 años inactivo, permanece "inestable", por lo que se mantiene la alerta roja. El último informe del Sernageomin, publicado el viernes, indicó que se mantendrán las erupciones, principalmente de cenizas, y se pueden generar lahares, que son flujos de agua proveniente del deshielo mezclada con material volcánico y sedimentos.
Un total de 6.400 personas se han visto obligadas a dejar sus hogares como consecuencia de la actividad del Calbuco, de 2.015 metros de altitud, que sorprendió con una violenta erupción este miércoles por la tarde que provocó una enorme columna de humo, ceniza y rocas de más de 15 kilómetros de altura.
Las autoridades mantienen la zona de exclusión de 20 kilómetros en torno al macizo para proteger a la población.
El ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, viajó este sábado a Puerto Varas, una localidad cercana al Calbuco, para participar en una reunión del Comité Operativo de Emergencia y anunció la entrega de ayuda económica para las personas que han perdido sus viviendas o los recursos de subsistencia.
Peñailillo explicó que la presidenta Michelle Bachelet instruyó la entrega del llamado "bono de enseres", una ayuda que también se está otorgando a los damnificados por las inundaciones que hace un mes arrasaron las regiones de Atacama y Antofagasta.
También se entregarán subsidios a los pequeños empresarios afectados por la erupción volcánica y a quienes hayan sufrido daños o la pérdida total de sus viviendas, aunque no hay aún un catastro de los inmuebles dañados.
Estas ayudas se sumarán a las que ya anunció el Ministerio de Agricultura, que está entregando forraje a los ganaderos de la zona para que alimenten a sus animales.
Durante este sábado, la autoridad militar -que está a cargo de la situación tras el estado de excepción por catástrofe decretado el miércoles por la presidenta Bachelet- permitió a algunos pobladores regresar temporalmente a sus casas, para revisar el estado de las viviendas y alimentar al ganado.
Buena parte de los esfuerzos de los habitantes de las poblaciones cercanas al volcán y de los voluntarios se han centrado en la limpieza de las calles y viviendas, que han acumulado hasta 40 centímetros de ceniza procedente del Calbuco.
La nube de cenizas, además, ha seguido avanzando y se hace notar en Argentina, Uruguay y el sur de Brasil, país este último donde el polvo volcánico arribó con "intensidad mínima" y sin provocar ningún trastorno.
En Argentina, las cenizas afectan algunas provincias del sureste, como ya ocurrió con la erupción del Puyehue-Cordón Caulle en 2011, y alcanzaron también a Buenos Aires, aunque las autoridades precisaron que la situación ha mejorado en las últimas horas.
Aún así, los vuelos desde y hacia la zona sureste permanecen cancelados y también han experimentado suspensiones algunos vuelos a Buenos Aires de compañías internacionales como American Airlines o Delta, que el viernes decidieron suspender preventivamente sus operaciones por la llegada de la nube de cenizas al aeropuerto internacional de Ezeiza.
En Chile, en cambio, los vuelos operan con normalidad, incluso los que despegan y aterrizan en el aeropuerto de Puerto Montt, la ciudad más cercana al volcán.
