MILÁN, Italia, 1 mayo (Reuters) - La apertura de la Expo de Milán 2015 el viernes fue opacada por enfrentamientos entre manifestantes y policías, en un revés para el Gobierno que esperaba que la famosa feria ayudara a mejorar la imagen de Italia luego de años de declive económico.
Densas nubes de humo de autos en llamas llenaron partes del centro de Milán mientras grupos de personas opuestas a la exposición, con sus rostros cubiertos, lanzaron piedras contra policías antimotines que les respondieron con gases lacrimógenos.
La confrontación tuvo lugar horas después de una pomposa ceremonia de apertura, en la que el primer ministro Matteo Renzi dio inicio de la exhibición de cultura y tecnología de seis meses de duración que en esta edición está enfocada en el tema de la producción sustentable de alimentos.
Miles de policías fueron desplegados para contrarrestar la amenaza de violencia antes del evento, con el que Renzi contaba para reforzar señales frágiles de recuperación económica tras años de estancamiento y recesión.
"Hoy es como si Italia estuviera abrazando al mundo", dijo en la ceremonia de apertura. "Todos los expertos que decían 'nunca lo haremos', esta es la respuesta para ustedes. Me gusta pensar que el mañana comienza hoy", agregó.
En cambio, el elegante centro de Milán se transformó en un campo de batalla, con sirenas y explosiones periódicas de bombas cegadoras y de ruido sonando junto a los gritos de los manifestantes.
La policía detuvo a varios manifestantes. Aún no había una estimación oficial de los destrozos, que incluyeron rotura de vidrios, autos incendiados y daños a la infraestructura pública.
Con 10 millones de boletos ya vendidos, las autoridades esperan la asistencia de unas 20 millones de personas, la mitad de ellos extranjeros, y estiman ingresos por más de 10.000 millones de euros (10.750 millones de dólares).
El evento ya había sido opacado por una investigación de corrupción por la que varios altos funcionarios fueron arrestados, además de excesos de costos y aplazamientos de construcción que implicaron que grandes partes del complejo no estuvieran listas para el día de apertura.
La feria, que sigue a la Expo 2010 de Shanghái, también movilizó a varios manifestantes de izquierda, desde activistas antiglobalización y ambientalistas hasta estudiantes y grupos opositores a la austeridad.
El Papa Francisco, que habló a través de una conexión televisada en la ceremonia de apertura, se refirió a la ironía de que un mega-espectáculo global que depende del patrocinio corporativo esté dedicado al desarrollo sustentable y a alimentar a los pobres.
"En cierta forma, la Expo misma es parte de esta paradoja de la abundancia, obedece a la cultura del derroche y no contribuye a un modelo de desarrollo equitativo y sustentable", dijo.
Los verdaderos protagonistas del evento deberían ser "los rostros de los hombres y mujeres que están hambrientos, que se enferman e incluso mueren debido a una dieta insuficiente o dañina", agregó.
En total, más de 140 países participan de la Expo. China, con cada vez más presencia en Italia tras una serie de compras de empresas de alto perfil, está particularmente bien representada.