En declaraciones a los periodistas en Washington, Kerry dijo que se reunirá en Moscú con Putin y con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, para evaluar cómo “impulsar de forma eficaz el proceso político” en Siria y “sacar partido a este momento”.
“Hoy, cuando marcamos el quinto aniversario del comienzo de esta horrible guerra, puede que estemos ante la mejor oportunidad que hemos tenido en años para acabar con ella”, aseguró Kerry en una comparecencia junto a su homólogo de Georgia, Mikheil Janelidze.
“Hemos llegado a una fase muy importante en este proceso, dado que el cese de hostilidades se está respetando casi por completo, Rusia ha anunciado que retirará inmediatamente a la mitad o más de sus fuerzas en Siria y hay negociaciones políticas esta semana en Ginebra”, añadió el jefe de la diplomacia estadounidense.
Kerry no precisó cuándo viajará a Moscú, pero su portavoz, John Kirby, recordó que tiene previsto visitar Cuba entre el próximo domingo y el martes junto al presidente estadounidense, Barack Obama; y que el viaje a Rusia se producirá “después”, sin concretar la fecha.
Estados Unidos considera que la decisión de Putin de replegar la mayoría del grupo aéreo que desplegó en septiembre pasado en Siria “es una señal potencialmente positiva y alentadora”, aseguró Kirby en su conferencia de prensa diaria.
Si Putin cumple su intención de retirar la mayoría de las tropas y centra el resto “en el combate al Estado Islámico (EI) y el Frente al Nusra, esas serán contribuciones bienvenidas”, agregó.
El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, reconoció que Estados Unidos no recibió ningún aviso previo al anuncio que hizo Putin este lunes, pero aseguró que la llamada que hizo después Obama a su homólogo ruso “ya estaba programada” antes de conocerse la noticia.
“Las primeras indicaciones que tenemos apuntan a que los rusos están cumpliendo (con ese anuncio). Pero aún es pronto para determinar qué impacto tendrá esto en la situación en general” en Siria, indicó Earnest en su conferencia de prensa diaria.
“La intervención militar rusa apuntaló a (el líder sirio, Bachar) Al Asad y únicamente complicó el alcance de una resolución política” al conflicto en Siria, aseguró Earnest.
A lo largo de la operación rusa, Estados Unidos ha acusado reiteradamente a Rusia de centrar sus ataques en las posiciones de las milicias contrarias a Al Asad y no en el EI y de causar víctimas entre la población civil, algo que Moscú siempre ha negado.
“Si siguen adelante (con la retirada) y si siguen implicados de forma constructiva en el esfuerzo internacional para lograr conversaciones (de paz) entre las partes, ese sería un resultado positivo”, sostuvo el portavoz de la Casa Blanca.
Earnest matizó que sería positivo “no sólo para el pueblo de Siria y los países de la región” afectados por la inestabilidad, sino que “también sería una buena noticia para Rusia y Estados Unidos”, entre los que ha aumentado la “tensión” a lo largo de la guerra civil siria.