Reuters. Brasilia, 7 de marzo, 2016. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, responsabilizó este lunes a sus opositores por la crisis política que vive el país, acusándolos de no haber aceptado su derrota en las elecciones del 2014 y de querer adelantar los próximos comicios, previstos para el 2018.
En declaraciones durante la inauguración de un proyecto de viviendas de bajo costo en el estado de Río Grande do Sul, Rousseff volvió a describir como “innecesaria” la breve detención que sufrió el viernes su antecesor y mentor, Luiz Inácio Lula da Silva, quien fue interrogado por los investigadores del escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras.
“La oposición no puede dividir sistemáticamente al país", dijo Rousseff. “Hay un cierto tipo de lucha política que crea problemas sistémicos, no sólo para la política sino para la economía, para la creación de empleos, el crecimiento empresarial”, añadió la presidenta.
La implicación de Lula en la pesquisa de corrupción ha profundizado la crisis política de Brasil y dio más municiones a los rivales de la mandataria, que buscan someterla a un juicio político e invalidar su reelección en el 2014.
Rousseff, quien el sábado visitó a Lula en su casa en Sao Bernardo do Campo, dijo que “no tiene sentido” llevar por la fuerza a declarar al exmandatario si él jamás se ha negado a colaborar con la justicia.
El interrogatorio a Lula bajo custodia policial ha sido el hecho de más alto perfil en la amplia investigación por las irregularidades en Petrobras, que ha agudizado la peor recesión en décadas en la mayor economía de América Latina.