Washington (AP). En una sombría advertencia para Donald Trump, que ya tiene la vista puesta en un posible enfrentamiento con Hillary Clinton en las elecciones generales, los estadounidenses dijeron en un sondeo que confían más en la favorita demócrata que en el magnate republicano para manejar una amplia variedad de temas, desde la inmigración a la atención sanitaria o el nombramiento de jueces del Supremo.
Incluso cuando se les preguntó cuál de los dos candidatos sería mejor para “hacer grande a América” —la promesa principal de la campaña de Trump—, los estadounidenses eran ligeramente más propensos a señalar a Clinton, según un nuevo sondeo de The Associated Press-GfK.
El sondeo revela otros posibles obstáculos para Clinton. Trump está casi empatado con ella en confianza de los estadounidenses para gestionar la economía, un tema que los votantes mencionan de forma consistente como uno de los principales desafíos para el país. Clinton tiene la confianza del 38% de los votantes para gestionar la economía, frente al 35% de Trump.
Y pese a la preferencia general por Clinton en numerosos temas, apenas 20% dice que la aspirante representa muy bien su punto de vista en cuestiones que les preocupan, y 23% dice que lo representa más o menos bien.
Sin embargo, como ocurre en la mayoría de temas abordados por el sondeo de AP-GfK, las cifras para Trump son aún peores: tan sólo el 15% de los estadounidenses dice que el magnate representa muy bien sus opiniones, y el 14% dice que las representa más o menos bien.
El apoyo a Trump entre los votantes republicanos registrados falla en algunos temas. Menos de 50% de ellos dice confiar más en él que en Clinton para trabajar con el Congreso o gestionar la imagen de Estados Unidos en el extranjero. En torno a un cuarto de los republicanos dice no confiar en ninguno de los candidatos en ninguno de esos aspectos.
Las cifras subrayan la tarea que espera al magnate de los bienes raíces si quiere conseguir el apoyo de su propio partido en caso de convertirse en su candidato.
Aunque Clinton y Trump son los favoritos para convertirse en los candidatos de la campaña en otoño, siguen afrontando obstáculos, especialmente el multimillonario republicano. Trump es líder en el recuento de delegados, pero necesita mejorar sus resultados en las últimas primarias que quedan para conseguir los 1,237 delegados que le otorgarían la nominación del partido de forma automática. Si no alcanza ese número, la candidatura se decidirá en la convención del partido en julio, y no está claro si el pequeño equipo de campaña de Trump está preparado para ese complejo desafío.
Clinton aún no se ha desembarazado de su rival demócrata, Bernie Sanders, un senador por Vermont que se ha ganado a los votantes jóvenes con sus peticiones de plantar cara a los bancos de Wall Street y ofrecer matrículas gratuitas en universidades públicas.
Aunque es improbable que Sanders supere a Clinton, que tiene una amplia ventaja en la lucha por los delegados, el hecho de que se mantenga en carrera ha exasperado a la ex secretaria de Estado y le impide centrarse en las elecciones generales.
Aun así, Clinton ha empezado a señalar sus diferencias con sus posibles rivales republicanos, Trump y el senador por Texas Ted Cruz, el rival más cercano del favorito republicano.
La campaña de Trump parece muy consciente de que tiene que mejorar la credibilidad del empresario en el frente político. Últimamente se ha extendido en sus opiniones sobre política exterior, lo que incluyó poner en duda la participación de Estados Unidos en la alianza militar OTAN y sugerir que algunos países asiáticos podrían necesitar armas nucleares. Además, miembros de su campaña han dicho que el empresario tiene previsto ofrecer varios discursos sobre política en las próximas semanas.
Clinton tiene una ventaja significativa en cuanto a la confianza de los votantes para gestionar la inmigración, la sanidad, la imagen de Estados Unidos en el extranjero, llenar plazas vacantes en el Supremo, comercio internacional y trabajo con el Congreso. La mayor diferencia se registra en la gestión de cuestiones de igualdad de género, en la que 55% de los estadounidenses confía en ella, frente a 12% que respalda a Trump.
La ventaja de Clinton es más estrecha en la cuestión de qué candidato protegerá mejor al país, en la que un 37% apoya a la demócrata y un 31% en el republicano. El margen es similar cuando se preguntó a los estadounidenses en quién confiaban para manejar la amenaza que plantea el grupo Estado Islámico.
Buena parte del atractivo de Trump con los votantes se basa en su promesa de “hacer a América grande de nuevo”, pero cuando se preguntó a los encuestados en qué candidato confiaban más para hacer al país grande, el 33% de ellos optaron por Clinton y el 28% por Trump.
El 30% dijo no confiar en ninguno de los dos candidatos para conseguirlo.